La Revolución Verde y la hipocresía comunista
Los mineros tienen que cambiar su discurso. Dejar de invertir millones en tediosos videos y comunicados sobre las bondadosas cifras de la industria. Ya no calan en la ciudadanía que la ve pasar. Hoy es indispensable que hagan una labor de docencia sobre la importancia del cobre en la lucha contra el cambio climático, dirigida especialmente a los jóvenes.
El cobre tiene un rol clave en los sistemas de energía renovable –solar, eólica, térmica e hidroeléctrica–; sin embargo, el mercado cuprífero enfrenta tiempos turbulentos. Se prevé que la demanda se va a duplicar entre hoy y 2035, lo cual determinará una subida sideral en el precio (más de US$5.00 la libra en el 2024), pero no hay nuevos proyectos y los que hay, se han vuelto casi inaccesibles.
La escasez se perfila como un importante cuello de botella para alcanzar la transición energética. Chile y Perú, responsables del 40% de la producción mundial, son países vulnerables a su inestabilidad política, los temas medioambientales, la conflictividad social y la permanente amenaza de mayores impuestos. Pregunto: ¿De qué nos sirve una importante cartera de proyectos de cobre por US$38,000M, si no los podemos concesionar? Solo para generar falsas expectativas.
Ecuador también está en problemas. Recientemente, se ha revocado la concesión a un proyecto de cobre entre su empresa estatal ENAMI y Codelco. Lasso ya perdió el control del país si alguna vez lo tuvo, sin embargo, curiosamente Rafael Correa, ídolo del Foro de Sao Paulo, en el 2012 firmó un contrato de concesión con la empresa china Ecuacorriente para la extracción de cobre y ordenó a los militares a repeler a los antimineros, a los que calificó de farsantes.
A medida que Latinoamérica se desacelera, las oportunidades de inversión se están abriendo en Mongolia y Katanga (República Democrática del Congo), el lugar más rico de cobre del planeta, como lo han calificado inversionistas canadienses. Congo se encuentra reformando su Código de Minería de 2018 para generar un marco legal más favorable para la inversión. Hoy ya nos llevan amplia ventaja.
No nos podemos quedar atrás o seguiremos siendo un mendigo sentado en un banco de oro. El Minem ha ofrecido reducir a seis meses los trámites para proyectos mineros. El Convenio con el BM para revisar los procedimientos va a tardar una vida y no hay garantía de éxito.
Tienen que atreverse a: crear una Ventanilla Única que canalice todos los permisos del proyecto, eliminar el Minam y que los temas ambientales queden a cargo de la Dirección de Asuntos Ambientales del sector, y decidir la absorción de Mincul por parte de Minedu. Hay que romper la argolla de arqueólogos y racionalizar las solicitudes de CIRA.
Además, es indispensable estandarizar los TUPAS de los gobiernos subnacionales. Son medidas que pueden tomarse de inmediato, solo es necesario valentía y voluntad política. De lo contrario, seremos cómplices de la muerte lenta de nuestra mayor fuente de riqueza.
Es evidente que los antimineros que impidieron Tía María y Conga o que paralizan Las Bambas solo están movidos por un estricto interés monetario. Es un negocio vil, una farsa. Si realmente quisieran defender el medio ambiente, combatirían la perversa contaminación de la minería ilegal y promoverían una mayor producción de cobre para contribuir con el cambio climático. Si se cumplen los objetivos de la transición energética, para lo cual el cobre es esencial, se habrá reducido al menos el 55% de las emisiones de gases con efecto invernadero y se podrá lograr que el incremento de la temperatura a nivel global no sobrepase 1.5 ºC .
El sector minero tiene mucho por hacer, pero no más de lo mismo que ya sabemos que no funciona.
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