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La riqueza liberal

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Fecha Publicación: 08/04/2024 - 21:30
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No puedo ser centrista porque el centro es un valor vacío, un equilibrio forzado y porque fácil muta en una izquierda móvil porque en su gen las libertades civiles prevalecen al libre mercado. “La igualdad por encima de la reducción de la pobreza”, dicen, pero como decía Benjamín Constant de los liberales, “o se es liberal en todo o no se es liberal en nada”.

Desde 1980, el Fraser Institute de Canadá nos demuestra que la libertad económica trae prosperidad, es una correlación necesaria. Algunos despistados como Sanders (EEUU) dice que los nórdicos son socialistas. No, Mr. Sanders. Suecia y los territorios del estado de bienestar comenzaron desde una revolución liberal. Fue acabando el siglo XIX que Johan August Gripenstedt y su equipo de liberales, asumió el gobierno sueco y rompió las barreras burocráticas, redujo impuestos y diluyó la sobrerregulación, instituyó el capitalismo liberal. Suecia creció y se desarrolló al pico durante cuarenta años. Cuando la izquierda vio el cofre lleno, Suecia gastó y apretó, el “estado de bienestar” lo llaman, que en los 90 acabó pasando factura.

Les ocurrió como a la Argentina liberal de Alberdi, que a inicios del siglo XX competía con Suecia por verse en el primer lugar de la economía más rica del planeta y hasta le prestaba a Europa… hasta que llegaron los peronistas y el tren se vino abajo. There ain’t no such thing as a free lunch. Cuba y Venezuela son los países más pobres de América Latina y nadie discute su igualdad de ras y esa monotonía misérrima que rige en los cementerios.

No hay inclusión más sostenible que la formalidad, el crédito y el título, y no hay más auspiciosa integración que aquella que facilita hacer negocios y lograr un empleo. Sin una dinámica capitalista previa no hay Estado, y sin ese motor primero (diría Plotino) no hay postas, hospitales, comisarías, escuelas, caminos, puentes. La izquierda, de estos temas no sabe porque lee libros equivocados, tan disparatados como el Diccionario Soviético de Filosofía.
En un debate en redes con Vladimir Cerrón, Rafael Belaunde Llosa (Libertad Popular) encaró, lapidario, los clásicos errores del marxista: “Una vez más se equivoca Dr. Cerrón (como cuando nos entregó a Castillo y Boluarte). Es una pena que una persona inteligente esté sistemáticamente equivocada. Debe ser por la cantidad de libros equivocados que lo obligaron a leer en Cuba (…) piense por su cuenta. ¡Saludos… donde sea que esté!

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