La ronda de noche

Cuando se publiquen estos renglones, el Congreso ya habrá votado si admite o no a trámite el pedido de vacancia presidencial. No ocultamos, siendo algo optimistas, que esperamos que se haya admitido a trámite la moción de marras habilitando para que en unos días quien ocupa el cargo más alto de la nación o su abogado si aquel no se atreve a concurrir personalmente al hemiciclo parlamentario, deslinde ante el país las graves imputaciones que sustentan la causal de vacancia por incapacidad moral permanente presentada en su contra.

Así las cosas, pasamos a explicar la razón del peculiar titular. Ciertamente, no nos referimos al famoso cuadro nocturno de Rembrandt ni aludimos al también célebre bolero compuesto por el inolvidable Agustín Lara, sino a las sórdidas rondas de entrada y salida efectuadas en la sospechosa casa de Breña. Estas, de acuerdo a los audio-videos revelados, implicarían al inquilino de Palacio de Gobierno en clandestinas y turbias reuniones y negociados nunca reportados oficialmente y que vulneran las normas de transparencia y rendición de cuentas que obligan a todo funcionario público y, en especial, al de mayor jerarquía en la pirámide del Estado.

El Primer Mandatario ha salido manifestando que sólo se trató de asuntos “personales” pero la contradictoria declaración del ministro de Defensa y lo que se ha ido conociendo sobre los demás visitantes desbaratan esta inverosímil versión. Más de una cosa se urdió y pudrió en la tristemente conocida vivienda de Breña que, de paso, mancha y tacha la conducta e idoneidad para el cargo de quien se desempeña como jefe de la Nación.

Pase lo que ocurra con el pedido de vacancia, las investigaciones en curso deben llegar hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga. A ver si esta vez así ocurre. ¡AMÉN!

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