La situación en Gaza se complica mucho más
El alto el fuego al que llegaron Israel y el Hamás no se cumplió en la idea que diera paso a la finalización de la guerra desatada el 7 de octubre de 2023. La única realidad es que los muertos en Gaza siguen en aumento – se calcula unos 53 mil fallecidos desde que Hamás cruzó la frontera de Israel y masacró a más de 1200 judíos y se llevó como rehenes a unos 250 habitantes del Israel-, y lo más penoso es que no hay ningún escenario a favor de una solución como era lo esperado en los últimos meses. La reciente arremetida de Israel ha generado una reacción de rechazo por la comunidad internacional dado que los que más mueren son población civil antes que los terroristas, volviéndose a pasar por encima de las reglas consagradas en los Convenios de Ginebra sobre Derecho Internacional Humanitario que prohíbe el uso de la fuerza sobre aquellos que, hallándose en medio de la guerra, no forman parte de ella, es decir, no son combatientes. En Israel preocupa que hasta la fecha no hayan podido aniquilar a Hamás que, por cualquier lado, sus hombres salen al frente como si tuvieran 7 vidas y esta realidad es la que debe estar preocupando sobremanera al propio Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel. Pareciera que no habrá nada que detenga la violencia estructural en Medio Oriente en lo inmediato y eso también debe preocupar al mundo. No veo a Israel retroceder y eso me preocupa mucho más porque pareciera que Netanyahu está llevando todo el asunto de Gaza a un calculo político, es decir, perder en Gaza será su derrota política por añadidura. Lo que podría explicar las recientes acciones militares del ejército de Israel sobre la tierra de los palestinos son dos cosas: la imperiosa necesidad de conseguir la liberación de los más de 50 rehenes que aun permanecen secuestrados en Gaza y, de otro lado, el objetivo geopolítico de Israel de ocupar toda la Franja que, a cualquier precio, buscarán que caiga bajo control de Israel. El Hamás sobrevive y eso es lo que para la inteligencia israelí no tiene una explicación lógica pues a la luz de sus acciones de combate, sus objetivos hasta ahora han sido muy eficaces, quedando en el contraste con la realidad que comentamos, completamente desconcertados, por la persistencia de los milicianos. No parece avisar un escenario favorable para la paz y la tranquilidad en la región del Medio Oriente sobre todo cuando la consecuencia del reciente viaje del presidente Donald Trump, a esa región, ha revelado una tendencia escalofriante: mayores adquisiciones de armas por parte de los países de esos lares, como es el caso de Arabia Saudita (sunitas), que le ha comprado a Estados Unidos todo y de todo y que al hacerlo seguramente, Irán (chiitas), su archienemigo en la región, no se irá a quedar de brazos cruzados. Así, el contexto para acabar la guerra entre Israel y Hamás se vuelve iluso volviéndose cada vez más compleja la realidad para los gazatíes.
Miguel Ángel Rodríguez Mackay
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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