La sobrerregulación de los proyectos de inversión de puesta en valor del Patrimonio Cultural de la Nación
Por Hernán Briceño
A propósito del 487° Aniversario de la fundación de Lima, ciudad de los Reyes, hoy en día capital de nuestro país, y 200 Años de la Proclamación de su Independencia, es importante meditar sobre los proyectos de inversión de puesta en valor de nuestro inmenso patrimonio cultural, de miles de años de antigüedad.
Pues no solo se requiere de la elaboración de una idea de proyecto de inversión, el desarrollo de un perfil y la declaratoria de su viabilidad, a través de engorrosas fichas técnicas, formatos y estudios de preinversión, sino también el desarrollo de su expediente técnico con costos actuales, para lograr su financiamiento del Ministerio de Economía y Finanzas. A lo que se agrega la necesidad de contar con diversas autorizaciones de las Direcciones del Ministerio de Cultura, Ministerio del Ambiente, Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado, etc., para su licitación y ejecución, impuestas de manera descoordinada, de acuerdo las funciones de cada uno de los mismos.
La regulación de los proyectos de inversión pública diseñada por el Estado peruano, desde el ex Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), no ha contemplado este tipo de proyectos de puesta en valor de manera central, pues básicamente dicho sistema está destinado a regular la inversión de infraestructura; especialmente, de transportes. Esta misma suerte se ha mantenido con el Sistema Nacional de Programación Multianual de Inversiones (Invierte.Pe), sin poder lograr la dinamización de estos importantes proyectos de inversión de puesta en valor.
Si es difícil que el mismo Estado peruano ejecute proyectos de inversión de puesta en valor del patrimonio cultural que él mismo financia, obviamente que es difícil que el sector privado participe en el cofinanciamiento de este tipo de proyectos de inversión de puesta en valor del patrimonio cultural en asociación público privada u obras por impuestos. Sin embargo, estas actividades deben ser vistas como una potencial fuente de desarrollo socioeconómico, promotor descentralizado de actividades turísticas-culturales. Cabe precisar que hasta antes de la pandemia, cerca del 90 de la visita de turistas internacionales estaba dirigido hacia el patrimonio cultural de nuestro país.
Lejos de trabas burocráticas innecesarias impuestas desde escritorios y oficinas, es importante que en nuestro país, poseedor de un inmenso patrimonio cultural de miles de años de antigüedad, se dinamice la puesta en valor de los mismos, por ser fuente de riqueza viva, generadora de actividades turísticas sostenibles, con alto efecto multiplicador, empleo productivo, recaudación tributaria y bienestar para la población peruana, en un contexto de recuperación económica postpandemia.
Doctor en Economía. Master en Políticas Pública
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.