La sórdida cultura caviar
A partir del tercer milenio, el Perú sufrió una conmoción social de inimaginables proporciones. La sociedad empezó a sentir los efectos de una transformación colectiva, consecuencia de haberse instalado el credo caviar cuyas bases se encargaron de impregnarnos de una nueva izquierda –los caviares- a través del "martilleo".
Es decir, repitiendo mentiras hasta transformarlas en verdades. Esta misión se la dieron a los llamados "grandes medios de comunicación", muchos de los cuales no eran "grandes". Aunque si carentes de principios. Por tanto, prestos a publicar lo que ordenara la nueva trova caviar.
Desde entonces las arcas de esta gran prensa empezaron a engordar, gracias el flujo de dinero que recibían de las oenege. Estas últimas hacían las veces de testaferros del gran capital trasnacional apátrida, proveniente de fortunas escondidas detrás de fundaciones decididas a donar millones, bajo aquel disfraz de "ayuda a los países menesterosos", con el propósito de incrustarle a esos pueblos la nueva dinámica de la igualdad. Ingeniosa creación del neo comunismo después del desmoronamiento del Muro de Berlín.
Hablamos entonces de una degradación toxica del ser humano, basada en una conciencia "liberada de los prejuicios y taras" que rigieron hasta la década de los ochenta del siglo pasado. Nace así el gayismo, el unisex, el transexualismo, el culto al genero, la generalización del aborto, la eutanasia y muchos etcéteras que vienen ha desnaturalizado al ser humano hacia otro ser ultra menos natural.
En el ejemplo peruano, aquella alteración apuntaba a reconvertir al pueblo readaptándole sus usos, tradiciones y costumbres, reemplazándolas por otras pletóricas de vicios, de ineptitudes, de formalidades extranjerizantes y pasiones exultantes, sumado todo aquello a un recalcitrante resentimiento social y a la cultura al odio y la envidia.
Es decir, este Frankenstein que ahora parcialmente contemplamos disfrazado de pueblo peruano. Consecuentemente esa metamorfosis ha venido afectando, de modo acelerado, la transformación mental de la neo sociedad peruana. Uno de cuyos principales resultados es esa creciente incapacidad del "nuevo peruano" para elegir a presidentes y parlamentarios. Reiteramos, la transubstanciación de nuestro pueblo arrancó a comienzos del milenio.
Se aplicó con excesiva fuerza, basada en la intoxicación cotidiana que sufrió nuestra sociedad a través de la radio, televisión, diarios, revistas, etc. Y, a partir de los años noventa, vía la masificación de las redes sociales.
¡Las consecuencias están a la vista! Toledo, Humala, Kuczynski y Castillo fueron elegidos por una sociedad enferma, fruto de la predica caviar envenenada por la ponzoña de esa "nueva izquierda" diseñada por laboratorios comunistas financiados por las grandes fortunas internacionales, dedicadas a hacer caja vía la elusión fiscal de las "donaciones para causas sociales".
Si como está comprobado, esos presidentes resultaron destruyendo tanto al Estado de derecho como la democracia, los congresistas que los acompañaron completaron el plan maquiavélico de transformar al país en una republiqueta bananera. Veamos el inventario.
Fueron siete presidentes y cinco congresos en apenas siete años de presunta "época democrática". ¡Además, dos golpes de Estado intermedios! Estas son las consecuencias del cambio de cultura a los peruanos inducido por la progresía caviar.
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