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La tercera toma de Lima

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Fecha Publicación: 20/06/2023 - 22:40
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Estamos a casi un mes de la llamada “tercera toma de Lima”. Una movilización presuntamente masiva que busca sacar a Dina Boluarte, restituir a Pedro Castillo, cerrar el Congreso, convocar elecciones, convocar una asamblea constituyente, redactar una nueva constitución y comprarle a Gahela una casa con dinero del Estado. ¿Algo más?

El nombre correcto debería ser “el tercer intento de tomar Lima”, ya que Lima no ha sido tomada ni será tomada jamás. En dos ocasiones han venido grupos de revoltosos a buscar estas risibles propuestas y no lo han conseguido. Lo que sí consiguen, lamentablemente, es separar más a la población, generar caos, parar el país, y exponer a peruanos a la violencia so pretexto de “justicia social”. Ahora también se están adueñando de la palabra “democracia” para justificar su malhechorías.

Si convencen a uno de que su enemigo es antidemocrático, entonces todo lo que se haga para derribarlo será a favor de la democracia. Las acciones están justificadas moralmente y existe la presunción de que legalmente también. En estos tiempos donde la autopercepción prima por encima de la realidad, si uno se identifica como bueno, su enemigo debe ser malo. Este es el poder de la apropiación del lenguaje. Ellos lo saben usar y por eso no debemos claudicar ante la imposición a través de la lengua, por más que sea etiquetada de “inclusiva” o “tolerante”.

“No tenemos miedo a morir”, aseguró el presidente de la Confederación Nacional de Rondas Campesinas Urbanas y Nativas (Conarc), Víctor Vallejos. ¿Cómo se debe interpretar eso? Quien se moviliza con un fin y asegura que no hay miedo a morir hasta conseguir lo que buscan, es que está dispuesto a todo, incluso matar.

Esto no es democracia. Esto es el capricho de algunos motivados por algunos otros. Esto es rebelión y desacato a la autoridad. Esto es ignorancia en materia política y cívica. Se desconoce cuáles son los derechos y deberes de cada uno de los ciudadanos y se desconoce el significado propio de la democracia.

Esto no es una carta blanca para hacer lo que el pueblo considere prudente. El “demos” no tiene el “kratos” para hacer lo que le da la gana. Lo democrática de esta república yace en la manera en que se eligen a los representantes y en la igualdad ante la ley. Pero es el pueblo el que está supeditado a la ley y quebrarla, por presunción de superioridad moral o por mala interpretación de la misma, es en sí el quiebre del fundamento democrático de esta nación.

Para no olvidar: esos ronderos que hoy son los héroes de la izquierda, pusieron, el año pasado, a 7 mujeres de cabeza por 10 días, les dieron latigazos y las desnudaron en público por ser “brujas”.

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