La tibieza de Dina nos está costando el país
El adelanto de elecciones es una quimera, nunca se pondrán de acuerdo, se postergará ad infinitum. Boluarte está de espectadora, observa cómo la codicia y la falta de desprendimiento de los parlamentarios la consolida en el puesto; sin embargo, su cobardía puede pasarle una inmensa factura. Recordemos que los “suavecitos” están en la antesala del infierno de Dante. Y es que, en el fondo, no hay vida más despreciable que la del tibio atado a sus seguridades, pero atrapado en la cárcel de su virtud estéril. De nada le servirá minimizar al terrorismo y edulcorarlo, asimilándolo con el simple vandalismo y, menos aún, hablar de excesos y pedir perdón una y mil veces, directamente o a través de sus ministros. Le van a llover las denuncias de las organizaciones de derechos humanos, aquellas que dan lecciones de moral pero que no tienen ni tendrán una sola palabra, un gesto, una indirecta en resguardo de los efectivos caídos en defensa de los millones de peruanos que queremos paz. Ellos no la perdonarán y no descansarán hasta verla tras las rejas.
Me pregunto, ¿qué espera lograr con la comisión multisectorial para atender a los deudos y heridos durante las movilizaciones sociales de diciembre 2022 y enero 2023? A los ojos de la Izquierda, ni el lenguaje ni el objetivo la expía de culpa. Además, al terrorismo hay que llamarlo por su nombre. Se trata de la violencia por la violencia misma. No persiguen ninguna reivindicación de derechos y poco queda de ideología. Son los defensores de la anarquía donde florece la informalidad y la ilegalidad. Protectores de narcos y actividades criminales clandestinas. ¿A ellos pretende indemnizar con el dinero de todos los peruanos por las amenazas de cuatro gritones en Twitter o las pérfidas portadas de La República? Reaccione, por favor.
Hace 2,500 años el filósofo chino Confucio expresó “gobernar es rectificar”. Tiene que enmendar el rumbo ya. Inaceptable que haya expresado sus condolencias a las familias de los policías salvajemente asesinados en el Vraem recién dos días después de la masacre. ¿Qué credibilidad pueden tener sus promesas de “lucha frontal contra el terrorismo y el narcotráfico” o “no más muertes ni más violencia” si los manda desarmados al infierno? Palabras vacías. Las FF.AA. y la PN tienen la obligación de garantizar la seguridad y libertad de los ciudadanos, pero no pueden cumplirla porque usted se lo impide y, por ello, tendrá que dar la cara ante la verdadera justicia: la Fiscalía y la ciudadanía.
La pacificación del país es el primer paso para todo. Mal puede asegurar el ministro Becerra que las clases se iniciarán el 13 de marzo, incluso en Puno, si no hay ninguna garantía de gobernabilidad. Hará puentes aéreos para transportar el material, pero olvida que no hay nada más vulnerable que el Aeropuerto de Juliaca. Se están radicalizando las protestas, los profesores serán amenazados y los violentistas lo boicotearán. Han pasado dos meses. ¿Tanto le cuesta entender al Gobierno que por las buenas no se logra nada? La violencia terrorista se reprime con violencia, punto.
Nuevamente se quiere poner sobre la palestra un proyecto de ley para vacar a las autoridades subnacionales que no ejecuten un mínimo del 60% de su presupuesto. Pésima iniciativa. Es un incentivo perverso que promoverá el dispendio y el clientelismo. Durante el 2022, destinaron el 72% a contratar consultorías, la mayoría inservibles. La experiencia nos demuestra que lo más eficiente es firmar convenios de gobierno a gobierno como ha ocurrido con el Reino Unido para la Reconstrucción del Norte o con Corea del Sur para el aeropuerto de Chinchero. Necesitamos ayuda: ¿Cuál es el problema con pedirla?
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