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La TV y el derecho de la información

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Fecha Publicación: 27/08/2023 - 22:20
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La profesión de periodista está regida por principios inalterables, anteriores y superiores a cualquier norma. Aun la ley, como expresión de Derecho Positivo, como norma jurídica obligatoria, no representa siempre tales principios, los cuales sí están inequívocamente en las nociones deontológicas, las cuales no someten a penalidad alguna sino a la sanción más perfecta de la propia conciencia.

El periodismo, como toda profesión que cuida su prestigio y respeta a la sociedad a la que sirve, debe regirse sobre un Código de Ética. El periodista está expuesto a desórdenes de buena fe en la práctica de su trabajo por el apremio constante del tiempo, de los hechos y por el afán de dar la noticia de inmediato, de adelantar su versión a la de otros medios de comunicación social o de hacerla motivadora de la atención pública más amplia y prolongada.

Sin embargo, sobre todos estos afanes, impera la ética como orientadora maestra de cómo hay que actuar en ésta tarea tan difícil y delicada que tiene de cátedra y de apostolado, de nobleza, sacrificio y de bastión irreductible de la libertad y de los derechos inviolables de las personas e instituciones.

Por deber moral el periodista no puede escandalizar con su información, inmiscuirse en la intimidad ajena ni causar temor, zozobra, daño, duda o pánico; ni originar perjuicio distorsionando lo que acontece ni con el empleo de lenguaje tremebundo a pesar de referirse a hechos ciertos como la tragedia pública o privada. La omisión de la prudencia suele resultar grave, máxime si se manipula la noticia con irremediable deterioro del prestigio del medio de comunicación que propala la versión y del periodista que escribe o que de modo precipitado lanza su información sin ningún reparo dañando honras y destruyendo familias.

El Derecho a la Información se ejerce sobre la base de la verdad que hay que buscar y comprobar, para asegurarse que el público reciba la versión fidedigna de los hechos.

Los noticiarios televisivos se han convertido en programas policiales, la primera siempre es dolor, tragedia y sangre. Eso no es periodismo, denigra la profesión, nadie dice que se oculte, sin embargo, existe la sensibilidad, la ética, la moral, los principios, que no se ve, no puede ser posible que noticiarios inicien la primera noticia con tragedia, el televidente no se merece esto, es nauseabundo. No es justo sentarse con sus hijos para “disfrutar” lo que haya en la mesa y se alimente de las atrocidades que se transmiten, donde la sangre chorrea a borbotones, donde los gritos y el llanto son el pan de cada día. Y al día siguiente al detenerse a leer un diario, salte en los puestos la misma inmundicia, el periodismo se está prostituyendo y los periodistas son los responsables, si cada medio tuviese y acogiese un Código de Ética nuestro amanecer sería diferente, ojalá algún día se pueda disfrutar del periodismo, que realmente merecemos todos los peruanos.

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