La ultra avanza firme en un país sin rumbo
Desde que asumió la presidencia de la República, el profesor Castillo demostró que no tenía intención alguna de apostar por la gobernabilidad y gobernanza del país para generar desarrollo sostenido, procediendo a la inversa, a designar ministros incompetentes, generar una guerra sin cuartel con el Congreso despachando y reuniéndose para realizar actos de gobierno y hasta recibir proveedores del Estado en lugares ajenos al palacio de gobierno; sin embargo, todo esto mostró que se estaba construyendo un escenario de guerra política para agitar a la población, hacer campaña con los consejos de ministros itinerantes que nada producen, mostrar un populismo exacerbado, pero a la vez una indiferencia extrema para resolver los problemas regionales y locales, nombrar prefectos, subprefectos y tenientes gobernadores vinculados a grupos violentistas que tanto daño hicieron al país, con el propósito de hacer camino hacia su objetivo esencial constituido por la convocatoria a una asamblea constituyente para cambiar el sistema democrático de gobierno.
Ahora, conocidas las actividades fuera y dentro del palacio de gobierno en las cuales aparecen familiares suyos, funcionarios de su absoluta confianza y ministros de varios sectores cuyos actos contienen serios indicios de ilegalidad con imputaciones concretas de colaboradores eficaces sobre la comisión de delitos, los peruanos nos vemos bombardeados con noticias y declaraciones fiscales y de los abogados sobre la catarata de casos que van apareciendo día a día involucrando al Presidente y al más alto nivel del Gobierno, observando atónitos la conversión de los ministros en abogados de los investigados, en voceros confrontacionales cargando y destilando sus macabras ideologías para generar más odio y resentimiento entre peruanos, dejando de lado la atención de graves problemas en el área de la salud con el colapso del sistema, el ataque de la cuarta ola de la covid, la aparición de la viruela del mono, el desabastecimiento de medicinas y el enorme déficit de personal sanitario; sin dedicarse a tiempo completo a solucionar el problema minero de cuyos ingresos dependemos en gran medida para crecer y desarrollar nuestra economía, sin que el problema de los fertilizantes se haya superado y es más que evidente que tendremos escasez de alimentos, combustibles al alza y los precios elevándose día a día, con pérdidas diarias de puestos de trabajo en proporciones geométricas, con muchísima gente sin tener ni trabajo ni comida con ollas comunes desabastecidas y con la inminente amenaza de una inflación galopante que está provocando que el BCR siga elevando las tasas de interés para desanimar el consumo, entre otros mil problemas como el del sistema educativo.
En tal desorden y desprestigio del Gobierno, la ultraizquierda perfectamente disfrazada, va avanzando en la toma de los vacíos geográficos del interior del país con un peligroso control poblacional.
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