La ventaja de los peajes
Es conocido que el déficit en infraestructura del país es alto y para igualar el promedio que tienen los países de la Alianza del Pacífico, se tendría que invertir cerca de 200 mil millones de dólares en los próximos 10 años, en obras de Saneamiento, Telecomunicaciones, Transporte, Energía, Salud, Educación, Agricultura, etc.
Para lograr cerrar sólo el 40 % de esta brecha al año 2025, necesitamos invertir el 8.3 % del PBI que representa alrededor de 16 mil millones de dólares anuales, equivalente al 30 % de nuestro Presupuesto anual que bordea los 50 mil millones de dólares.
Dentro de este panorama, será muy difícil, por no decir imposible, de que a través de nuestros recursos podamos mejorar adecuadamente nuestra infraestructura y así convertir al Perú en un país en que aceleradamente logre ser más eficiente, competitivo, lograr disminuir su pobreza y en general que todos los peruanos vivamos mejor.
La Ciudad de Lima tiene alrededor de 10 millones de habitantes concentrando alrededor del 30 % de la población total del país y aunque su nivel de infraestructura en algunos aspectos es más elevada que el resto del país, eso no le quita que para mejorar su tránsito tenemos que invertir en infraestructura vial, entre 4 a 5 mil millones de dólares anualmente y esa cantidad no es factible lograrlo en su totalidad del presupuesto municipal ni del nacional y, por lo tanto, al igual que en muchos de los problemas que tiene el país, tenemos que recurrir a la INVERSIÓN PRIVADA, quienes para recuperar sus inversiones, necesitan de diversos sistemas de cobranza, entre ellos el conocido PEAJE.
Es cierto que en algunas oportunidades el número de vehículos que cruzan el peaje supera lo estimado y por lo tanto el monto que se paga en el peaje no debe ser alterado, hasta que el modelo previsto calce, evitándose así las protestas de los usuarios y también los provenientes de algunos políticos, pero en cualquiera de los casos, la población tiene que comprender que este sistema de cobranza a través del peaje sirve para que las inversiones realizadas, privadas o en colaboración con el Estado, tengan la seguridad de recuperar su inversión.
Si por diversas razones se interrumpe la cobranza en los peajes, el problema lo tendrá inicialmente el inversionista, pero rápidamente se trasladará a la ciudad y a sus ciudadanos que no lograrán tener un tránsito fluido, además que el sistema del peaje se desprestigiará y cortaría la posibilidad de contar con la necesaria INVERSIÓN PRIVADA.
Hay que tener presente que en los próximos cinco años tendremos en Lima cerca de 600 vehículos más y en los próximos 10 años pasará largamente el millón y si no invertimos en infraestructura vial, el tráfico se complicará cada año y el tiempo perdido en trasladarse los ciudadanos que ahora pierden entre 4 a 5 horas, se incrementará considerablemente.
Por: Ing. Arturo Woodman Pollitt
