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La violencia se descontrola

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Fecha Publicación: 16/04/2023 - 22:40
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Los ataques a balazos a dos serenos –uno ultimado en el Callao y otro asesinado en Surco–, es una muestra de un cambio sustancial en las modalidades delictivas: el aumento exponencial de la violencia, asunto que no se está reconociendo en su debida dimensión. Eso está vinculado, sin duda, a la presencia de muchos malhechores venezolanos –aunque sea políticamente incorrecto decirlo– en el Perú.

No es casualidad que en Ecuador y en Chile se estén viviendo fenómenos similares. Si bien algunos delitos violentos empezaron a crecer antes de la migración desbocada –el sicariato comenzó a generalizarse el 2007 y ahora ya es parte del paisaje–, hechos como los ocurridos el viernes pasado con esos serenos no eran habituales.

El serenazgo, creado en la década de 1990, cuando la PNP se retrajo por el terrorismo, ofrecía vigilancia y ayuda a los ciudadanos en casos de faltas o delitos menores: controlar un grupo de alborotadores en alguna esquina, perseguir y atrapar a carteristas y arrebatadores, disuasión con rondas motorizadas y peatonales, etc.

Pero obviamente no están en condiciones de enfrentar a una delincuencia muy violenta. Ni es su función. Armar a los serenazgos y crear unas dos mil policías municipales y regionales conduciría al país al caos y al desastre. (Ver “Dos mil cuerpos policiales”, El Reporte, 2/4/23).

La responsabilidad de combatir esta ola delincuencial violenta es del Gobierno, que pretende pasar desapercibido –y lo está logrando–, mientras el público le demanda seguridad a quienes ni pueden ni deben ocuparse del tema, los alcaldes.

Hay unas pocas cosas básicas que podría hacer el Gobierno -y no está haciendo-, en lugar de hablar de imaginarias grandes reformas:

- Equipar a la Policía Nacional. Por ejemplo, hoy el Escuadrón de Emergencia en Lima tiene la cuarta parte de los patrulleros operativos que había en el gobierno de Ollanta Humala, debido a las malas y corruptas compras de ese entonces.

- El sistema de comunicaciones de la PNP es un desastre, con equipos incompatibles entre sí, también producto de adquisiciones corruptas en el Gobierno de Humala.

- Increíblemente no hay una central de emergencias policiales que funcione razonablemente, un C4 (Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo), a pesar de que el Mininter ha tenido mucho dinero que ha sido derrochado o robado. Por eso los ciudadanos llaman al serenazgo y no a la policía.

- La mayoría de policías no sabe disparar porque no entrena. Y no entrena porque el Mininter no les proporciona municiones. (Una caja de 50 balas de 9mm en tiendas comerciales cuesta entre 110 y 200 soles. Obviamente no practican si tienen que comprar la munición con su dinero).

- Apoyo político. Recientemente el presidente de Ecuador Guillermo Lasso dijo públicamente que respaldaba y defendía a los policías que usaban sus armas contra los delincuentes. Acá la presidente y los ministros no apoyan a las fuerzas del orden.

En síntesis, se sabe lo que hay que hacer, pero no hay decisión para hacerlo.

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