Laboratorio de gestores
Es cierto que la gestión de Jean Ferrari en Universitario será siempre muy aplaudida, incluso muy por encima de su paso por el fútbol con un tímido protagonismo que alcanzó un pico notorio cuando pretendió ser vendido al club Jorge Newbery de Argentina a través de esas operaciones oscuras e incendiarias, tan de él, nos referimos al gordo Gonzales, pero hoy nada, ni nadie, le quita mérito al trabajo de diez puntos del renunciante dándole a la institución un lugar encumbrado.
Sin embargo su dimisión voluntaria y ese acercamiento largo y sostenido, sotto voce con la FPF, lo obligará a tener un comportamiento absolutamente distinto por cuanto ya no será ni el administrador, ni el portavoz, ni el barrista crema. Se convertirá o en todo caso tratará de ser un tipo objetivo e imparcial, lo que no sólo dudamos que pudiera ocurrir, aún más, creemos que le será un imposible quitarse esa piel.
El asunto pasa además porque el ente federativo es un organismo contaminado, no exento de cuestionamientos y apuntes de gil y mil, que no ha podido recuperar un mínimo nivel de confianza, más aún cuando vemos con asombro que desembarcó al operador de los derechos de televisión para generar un salto al vacío que hoy, ha tirado por la borda la credibilidad y el cumplimiento de las obligaciones económicas con los clubes.
Cualquier tarea que pudiera ser encargada a Ferrari en su nuevo cargo no pasaría de buenas intenciones si subsistieran estos pasivos y lastres que podrían arrastrar la aún inadvertida concurrencia de Manuel Barreto que con una corta experiencia está al frente de la Unidad Técnica de Menores, una tremenda labor a mediano y largo plazo, en un país como el nuestro donde queremos resultados casi al día siguiente del nombramiento.
Los resultados en la U son una excelente carta de presentación, es cierto, mirando el más alto nivel, pero aún hay mucha tela por cortar por cuanto no es precisamente el club de Odriozola un vivo ejemplo de formador de jugadores, todo lo contrario ocurre en Alianza Lima, Universidad San Martín, Sporting Cristal y quizás algo alejados clubes en solitario de provincias caso destacado de FC Melgar, que en silencio hace lo suyo.
Este laboratorio de gestores que podría ser la presente imagen de la FPF no debería perder de vista que se hará a mediano plazo con la selección de mayores cuya responsabilidad quedó en manos de Óscar Ibáñez, quien en poco tiempo mostró ser un tipo competente y que bien podría merecer una oportunidad de pasar de encargado a titular y asumir la conducción camino al Mundial del 2030, admitiendo desde nuestro punto de vista que ya estamos perdidos para el torneo del año entrante.
Es probable que este plan viva en un invernadero mientras se cocina la reelección cantada de Lozano y su cofradía y no se quieran tomar decisiones que el tiempo exige, entendiendo que aquello por ahora no es prioridad, o se espera el desenlace de las dos fechas que restan de las eliminatorias. Es decir, la inmediatez no cobra vigencia de ninguna manera.
En tanto darle vuelta a malos resultados en selecciones promocionales de varones con casi 20 años de frustración y en el fútbol femenino que jamás tuvo tanto apoyo como ahora, es lo que prioriza la federación. Nos queda sumar si acaso el tema de mayores es una preocupación o la tienen dormida para que se enfríe y la gente se olvide por un buen rato. Todo es posible con Lozano y compañía.
Por Bruno Esposito Marsan
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