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Las bravatas del guerrillero

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Fecha Publicación: 11/08/2025 - 22:20
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Sabido es que gobernantes de escasos o inexistentes escrúpulos echan mano e incluso crean apariencia de conflictos externos cuando quieren desviar la atención sobre los problemas internos que atraviesan.
Tal el caso, clamoroso y evidente, del guerrillero del M-19, atribuido responsable de mil —y hasta repugnantes— atrocidades contra sus propios connacionales, presunto adicto a drogas y al desenfreno, etc., etc., devenido en primer mandatario de Colombia, no creo tanto por errada e irresponsable decisión mayoritaria de los electores, sino por las cosas extrañas y delictivas que ocurren en los procesos electorales, sea en Perú, como en Canadá y Estados Unidos de América.
El guerrillero Gustavo Petro, en vísperas del lamentable desenlace de la agresión sufrida por el joven senador y destacado político Miguel Uribe Turbay, que enluta no solo a su país sino a la humanidad entera por la vileza con que fue planeado y llevado a cabo el atentado, no duda en contradecir los tratados internacionales en vigor con Perú y hasta los mapas oficiales de Colombia para crear desasosiego en la población peruana del recientemente creado (Ley N.° 32403) distrito de Santa Rosa de Loreto, provincia de Mariscal Ramón Castilla, departamento de Loreto, y de pobladores colombianos y brasileños que habitan en zonas cercanas a la frontera tripartita.
La absurda e impostada pretensión del guerrillero Petro respecto a que el distrito de Santa Rosa no pertenece al Perú sino a Colombia, y el despliegue que hizo trasladándose a Leticia, son solo parte de una táctica para desviar la atención sobre los graves problemas internos que atraviesa su gobierno y que tienen que ver con actos de corrupción propios y de su entorno, incluso familiar.
Mientras tanto, aquí, algún político veterano, buscando llevar agua para su molino y aparecer distante de la mandataria Boluarte —a la que no tengo duda apoyó el año 2021 como integrante de la fórmula presidencial liderada por el “prosor” Castillo—, pone como justificación de las bravatas del guerrillero un hecho anecdótico, como que ella lo hubiera dejado dos veces con la mano estirada. Peor aún, presenta como un desatino que el Congreso de la República, que aquel político integró más de una vez, haya dado en junio último la ley de creación del ya mencionado distrito de Santa Rosa de Loreto y que la ley haya sido promulgada.
Vaya desatino que desconoce que es un acto elemental de soberanía peruana la creación de distritos dentro de su territorio. Hagamos votos porque la destemplanza del guerrillero venido a presidente no llegue a más.

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