Las bufonadas de Bermúdez
Mejor será que no hable la impresentable primera ministra Violeta Bermúdez. Porque cada vez que abre la bocaza, lanza necedades. Con tonito insoportable y esa cadencia de profesorcita de quinta categoría, esta persona mantiene intoxicado al país profiriendo mensajes cada cual más necio. ¡Y cada uno más falso que el anterior! A estas alturas de su fracaso -que es el del poético Sagasti- cree que todavía el público respeta sus intervenciones. Por favor, señora Bermúdez. A usted la escucharán los cuatro gatos caviarones que merodean a este poder fracasado, en vías de sucumbir, a la espera de receptar la propina que suelen otorgar estas gestiones catatónicas. Pero, entiéndalo de una vez por todas, señora Bermúdez. Usted es repelente. Porque pretende engañar a la platea considerándose intelectualmente superior al público, cuando en realidad es usted ignorada por la gente. Usted enardece aún más a la opinión pública emitiendo mensajitos adefesieros, infatuada por un cargo que le queda enorme y que resulta terriblemente inmerecido. Esto de imprecar al gobernador de Piura porque, con justicia, critica al presidente Sagasti debido a su infame gestión ante la pandemia Covid, resulta no solo ridículo sino especialmente procaz. Suficientes tonterías, señora. Con toda cortesía, cállese usted la boca y a otra cosa mariposa.
¿Qué es esto de espetarle al gobernador piurano: “Es un momento de unidad, no podemos estar con declaraciones y faltas de respeto a la autoridad suprema de nuestra República, que es el presidente; yo le pediría que reflexione y dejemos de lado estos enfrentamientos innecesarios”? ¿De qué unidad está hablando, cuando cada día mueren más de 550 peruanos y llevamos, hasta ayer, el peor récord planetario de gestión del Covid, con 165,000 fallecidos? ¡Y no precisamente “por culpa del ciudadano” ni falta de recursos! Porque entre Vizcarra y Sagasti han liquidado más de US$30,000 millones en humo, además de corrupción en medio de una crisis como el Covid-19. Y encima, ambos mandatarios han transpirado gran incompetencia y terrible crueldad. Entonces, ¿acaso debemos “unirnos” ante este crimen de lesa humanidad, porque una neófita caviar decide que no podemos censurar al responsable de este monumental desastre nacional que venimos soportando? No, señora Violeta Bermúdez. Con la debida propiedad, ¡váyase usted directamente a su casa! Estos no son momentos para bromitas. Y menos para sorna. Usted forma parte de un gobierno que carga en la espalda el desmanejo de la crisis nacional, que ha servido de fulminante para encender la pradera electoral y poner el Perú en el disparadero de soportar, eventualmente, a un régimen polpotiano. Una afrenta vergonzante de parte no sólo de Sagasti, sino suya como cómplice, apañándole cuanta temeridad ejecuta este personaje incalificable por su chabacanería. Estamos ad portas de una elección que puede definir el destino del Perú, encarrilándolo a aquel oscurantismo que provoca esa rojería nacional con la que tanto coquetean usted y su presidente, señora Bermúdez. Y en medio de semejante crisis, ¿usted se aboca a seguir lanzando disparates y clarinadas, sabe Dios con qué propósito? ¡El Perú está harto de ustedes, premier Bermúdez!
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