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Las caricias y la salud mental y física

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Fecha Publicación: 12/07/2023 - 22:30
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El sentirse amado y querido, a través de las caricias, modifica el estado de ánimo sin importar la edad, se produce un cambio fisiológico, mental y espiritual con un sentido de pertenencia, de integración al grupo humano que se convive. Cuán importante es ser querido y querer, el ser humano no puede existir sin afecto, porque se enferma, la soledad lo mata, lo consume, lo vuelve triste, sin ganas de vivir, podemos observar la marcada diferencia de una persona que no ha recibido afecto, es distante, frío, racional, desconfiado, solitario, sin amigos, en cambio, quien ha recibido amor, es alegre, de buen carácter, predispuesto hacer las cosas, no es egoísta sino dadivoso.

El poder de las caricias prolonga la vida, existe una necesidad básica, su cuerpo se siente mejor, la bioquímica de nuestro cerebro cambia, el tacto, la primera caricia de los bebés, establecen el primer contacto, cuando un bebé llora necesita de las caricias de los padres, perciben que no están solos, se les otorga seguridad, cercanía, alegría, mediante el tacto, inclusive cuando expresan violencia, mediante las caricias se establece comunicación, mediante la mano, el abrazo, diciendo palabras bonitas, dando besos, la pandemia, ha producido una falta de interacción, la comunicación era virtual, pero no había el contacto físico, por eso dar la mano, una caricia suave puede calmar a la persona, el contacto es irremplazable, es una necesidad biológica, son necesarias para el sentido del “yo”.

Las caricias producen relajación muscular, se internan en la piel con cambios neurofisiológicos en el cerebro, ayudan al equilibrio emocional, consuela, calma; cuando estamos enamorados, la médula espinal, mediante los neurotransmisores llegan hasta el cerebro, activando las hormonas oxitocina, endorfinas, se otorga seguridad en una relación, refuerza el sentimiento de pertenencia, las caricias nos hacen felices, más entramos en la vejez, libera el cortisol, que es la hormona del estrés.

Con los años las relaciones sexuales se hacen más esporádicas debido a la edad, perdurando las caricias, la ternura, el beso, el abrazo, cogerse de la mano, compartir una puesta de sol, mirar la luna, las estrellas, el mar, la vegetación, escuchar música, sentirse acompañado, decirse palabras bonitas, bailar, dormir abrazados, compartir una mesa en un café, recordar buenos momentos es volver a vivir, mirarse, contemplarse, lo suple todo, es la demostración del amor, que ha perdurado toda la vida y con los años se ha hecho más fuerte; es por eso que cuando uno de las parejas pasa a mejor vida, el otro o la otra no viven mucho, porque les falta el complemento de su vida, que es su pareja, que sembraron y cosecharon amor y no pueden vivir el uno sin el otro, porque perdieron el sentido a la vida, después de haber criado a los hijos, educados, independizados, solo queda la pareja, la compañera de buenos y difíciles momentos que se superaron.

He sido testigo presencial de muchas escenas de amor entre las personas de la tercera edad. Recuerdo una en especial, me encontraba con mi amada esposa en la cafetería San Antonio tomando un café y observamos una pareja de esposos de edad madura, que compartían un dulce y cada uno le daba al otro en la boca una porción pequeña y los degustaban, tomando una tasa con té, mirándose, contemplándose, acariciándose las manos y las mejillas, diciéndose cosas bonitas, porque se reían juntos, al terminar se retiraron y los abordamos, halagándolos, y les dije: “¿Cuál es el secreto?”. El amor, las caricias, ternura y respeto, les dijimos, muchas gracias.

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