Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo
Las experiencias de la vida marcan en los seres humanos, teniendo en cuenta, espacio, tiempo y persona, atendiendo cómo internaliza el sujeto sus vivencias, que permite ser distinto porque las cosas viejas pasaron y se convirtieron en algo nuevo, que puede ser la manera de pensar, actuar, examinar las cosas más ampliamente, tener tino, serenidad, equilibrio, paciencia, el comportamiento impulsivo, se convierte en ser prudente, no dañar al prójimo, no dejarse llevar por las emociones sino por el razonamiento, que hace de las personas ser objetivos.
Trabajo con adictos a la cocaína, pasta básica de cocaína, marihuana, alcohol y sus derivados, que han perdido todo, su identidad, familia, trabajo, amistades, no saben quiénes son, han estado en la cárcel, el manicomio, han sido reincidentes en el consumo, la familia no quiere saber nada de ellos, porque son grandes manipuladores, mentirosos, fríos, sin emociones, no les interesa el dolor ajeno, solamente satisfacer su adicción a cambio de nada, son esclavos de las adicciones, débiles de voluntad, han estado en tratamiento con psiquiatras, psicólogos, consejeros espirituales, han dejado de consumir un tiempo, pero han recaído, es decir, han perdido la esperanza, se encuentran derrotados, sin el ánimo de seguir viviendo por no encontrarle sentido a su vida.
Muchas personas no salen de las drogas y mueren en las calles olvidadas por sus seres queridos, porque llega un momento que a la familia no les interesa nada, prefieren que se mueran a seguir viviendo, porque consideran que no tienen solución, incluso han sido enviados al extranjero, sin ningún resultado satisfactorio. Pero aprendí que siempre existe una luz en el camino, que conduce a que las puertas se abran y los seres humanos se encuentren consigo mismo, adquieran convicción, voluntad y fe, que les permita salir de la oscuridad, las tinieblas, hacia la luz. He llegado a la conclusión de que las adicciones son una enfermedad espiritual que no se cura con una tableta que la compras en una farmacia. Es un trabajo permanente y constante de las necesidades espirituales de las personas, como es el amor a sí mismo, la fe, la esperanza, empezar a comprender las necesidades del prójimo, hacerles comprender por qué son importantes, que han venido al mundo para ser útiles y no ser obstáculos en la vida, que su palabra a través de la humildad y no el orgullo pueden recuperar muchos corazones rotos, heridos y curarlos, partiendo de uno mismo, para tener la capacidad espiritual para apoyar a otras personas que se encuentren en las mismas condiciones.
Conocí a personas que no tenían control del consumo de alcohol, trabajaban para consumir alcohol, nada les llenaba, se sentían vacías, solas, incomprendidas, inclusive habían concurrido a programas de alcohólicos anónimos y se habían declarado que eran alcohólicos, sin embargo, cuando empezamos a trabajar la parte espiritual, eran seres humanos que sentían que nunca habían sido queridos, amados, valorados y reconocieron que en el alcohol habían encontrado un refugio, pero que no les solucionaba sus interrogantes, más bien, se deprimían sin encontrar ninguna respuesta, hasta que encontraron el amor a Dios y a los seres humanos; y “Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo”. Capítulo 5, versículo 17 del libro de Corintios.
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