Las elecciones de octubre
Dentro de apenas ocho meses se realizarán los comicios para elegir a las autoridades que, por los siguientes tres años, dirigirán tanto los gobiernos regionales como locales. En esta oportunidad, este trámite tiene fundamental importancia porque, de acuerdo al resultado, podría servir como contrapeso al régimen comunista/senderista que maneja el poder Ejecutivo; o se constituiría en su cómplice, apoyando el objetivo de Perú Libre de transformar al Perú a un Estado marxista sudaca, siguiendo el modelo Venezuela.
Pregunta. ¿El centro –derecha e izquierda– vendrá trabajando con la intensidad que el momento exige, para formar cuadros basados en candidatos que no solamente tengan atractivo por su verbo, sino programas coherentes; pero sobre todo, idoneidad moral? ¿O acaso el centro político insistirá en repetir sus ya clásicas rutinas de llenar listados cargados de gente socialconfusa –incluso traicionera al partido– con tal de agrupar una plataforma con miras a cumplir una formalidad y, como de costumbre, que salga lo que salga para, al final del día, seguir cediéndole espacios al extremismo izquierdista? Por si no lo sabe el centro de derecha e izquierda peruano, los zurdos que hoy gobiernan el país –hordas del lumpen comunista/senderista– sólo están ocupándose de agrupar a los postulantes más atrabiliarios, a los efectos de hacerse de estas elecciones y así conquistar definitivamente del poder absoluto que le permitirá permanecer en el poder sin fecha de retiro. Por tanto, lo que está en juego en estas próximas elecciones es significativamente crítico, amable lector. Porque si el centro pierde esos comicios, será mejor que esta vez ya no se ponga a lamentar, como ocurrió en mayo pasado, sino se aboque a hacer maletas y buscar algún país adonde emigrar.
Otro aspecto que el centro político ha descuidado, en estos casi diez meses desde el fiasco electoral de mayo 2021, es que seguimos con el mismo Jurado que ya organizo una elección manchada. Y ahora supervisaría los comicios regionales y municipales, pudiendo declarar ganadores a quienes se le ocurra. Como sucediera en las pasadas elecciones generales. ¿Cómo es posible que este Congreso no haya movido un dedo para exigirle a la Junta Nacional de Justicia licenciar a Salas Arenas, presidente del JNE, y a su directiva, por habernos incrustado a un mandatario que, siendo candidato, ya mintió declarando un patrimonio inferior? Pese a ello, el JNE se opuso a contrastar el padrón oficial de Onpe con las decenas de miles de actas observadas presentadas por un equipo técnico liderado por una persona honorable, como es Lourdes Flores. Aún continúa a tiempo el Parlamento para disponer la renovación del Jurado Nacional de Elecciones. De no hacerlo, los congresistas se harán responsables de que el Perú se convierta en otra vulgar republiqueta marxista bolivariana.
Los partidos de centro y el Parlamento Nacional están advertidos de la gran tarea que tienen por delante en los siguientes dos o trae meses. Es tiempo de concentrar todos sus esfuerzos para evitar una catástrofe de la cual, si le fallasen al Perú, con absoluta seguridad no saldremos adelante por muchas décadas.
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