Las elecciones en Bolivia
El triunfo en la primera vuelta electoral de Bolivia del candidato Rodrigo Paz Pereira con un 32 % del voto respecto del expresidente Jorge “Tuto” Quiroga con un 27 %, señala una clara victoria de la derecha democrática frente a la izquierda tradicional en Bolivia, liderada por el MAS, que solo alcanzó un 3 %. Evo Morales Ayma obtuvo un 3 % del voto con el candidato de su partido, a lo que debe agregarse que el voto blanco o nulo a duras penas alcanzó un 17 %. Sin duda alguna, los resultados electorales en Bolivia señalan una derrota sin atenuantes de la izquierda.
¿Por qué? La respuesta es sencilla: los sucesivos gobiernos de Evo Morales Ayma y el último de Alberto Arce Catacora, luego del breve interregno de la expresidenta Jeanine Yañez —todavía en la cárcel junto con el exgobernador de la región de Santa Cruz—, llevaron a Bolivia a una crisis total. En estos momentos, en Bolivia la palabra que define la situación del país se denomina “escasez”, desde combustibles a productos de primera necesidad, pasando por dólares de los Estados Unidos, para pagar las importaciones de los productos más elementales para la subsistencia de la población.
Esta situación ha generado una reacción en cadena contra todo lo que signifique la izquierda. Sin embargo, subsisten varias interrogantes. La primera: ¿cuál de los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta será electo presidente? A primera vista, sería Rodrigo Paz, joven político que ha desarrollado una carrera meteórica desde su ciudad natal, Tarija, en el sur de Bolivia, hasta imponerse sobre su rival en la primera vuelta con un significativo 5 %, caudal de votos al que deberían sumarse los que pueda endosarle el tercero en la contienda, Samuel Doria Medina.
No obstante, la política electoral trasciende la suma aritmética de los votos emitidos en la primera vuelta. Cualquiera de los dos candidatos debe ofrecer al ciudadano boliviano un programa coherente en lo económico, pero lo menos traumático posible en cuanto a la elevación del costo de vida y los sacrificios que inevitablemente deberá sufrir la población cuando se aplican dolorosos ajustes. Por eso, Rodrigo Paz Pereira ha dicho públicamente que no tocará la puerta del Fondo Monetario Internacional (FMI), porque todo el mundo sabe que eso significa un mayor costo en el nivel de vida de la gente, ya suficientemente castigado a la fecha.
Rodrigo Paz sostiene que Bolivia puede seguir adelante con sus propios recursos, quizás con la ayuda de la explotación de sus yacimientos de litio, que ya se están llevando a cabo con la inversión de capitales chinos y rusos. Pero cabe preguntarse: ¿ese singular aporte será suficiente cuando el país carece de la moneda extranjera suficiente para pagar sus importaciones más esenciales? En Bolivia, frente a la escasez de dólares, el sol peruano ha surgido como una moneda fuerte que se puede obtener mediante el comercio fronterizo de contrabando. Sea lo que fuere, Bolivia debe cambiar su política económica y atraer el capital necesario para reconstruir su industria minera y gasífera. He ahí una incógnita que deberá revelarse en el curso de la campaña. Veremos si cualquiera de los dos candidatos se atreve a decirlo.
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