ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Las guerras y los pretextos

Imagen
Fecha Publicación: 16/08/2025 - 21:31
Escucha esta nota

A lo largo de la historia, muchos conflictos bélicos en el mundo se han iniciado o justificado públicamente mediante pretextos; es decir, razones aparentes que enmascaran motivos más profundos, ya sean políticos, económicos, sociales, religiosos o estratégicos.
Un pretexto es una excusa o justificación que se da para encubrir la verdadera razón de una acción. En el caso de las guerras, los gobiernos suelen presentar argumentos aceptables para la opinión pública —como la defensa propia o la protección de valores—, mientras ocultan intereses geopolíticos, ideológicos o económicos con el fin de legitimar el uso de la fuerza ante la comunidad internacional.
Existen muchos ejemplos, pero por razones de espacio mencionaremos solo algunos:
Guerra del Perú con Chile (1879)
Pretexto: Impuesto al guano y al salitre
Motivo real: Expansionismo y apropiación de recursos
Resultado: Pérdida de vidas y territorio

Primera Guerra Mundial (1914)
Pretexto: Asesinato del archiduque Francisco Fernando
Motivo real: Tensiones imperialistas y alianzas militares
Resultado: Devastación global y reconfiguración de Europa
Guerra de Irak (2003)
Pretexto: Existencia de armas de destrucción masiva
Motivo real: Control geopolítico y recursos petroleros
Resultado: Nunca se hallaron dichas armas
Estos casos evidencian cómo el uso de pretextos y la manipulación mediática son herramientas clave para justificar decisiones que responden, muchas veces, a intereses de poder.
En el escenario actual, observamos con preocupación cómo un personaje como el presidente de Colombia, con pasado guerrillero y vinculado a actos de violencia, utiliza su posición para generar tensiones innecesarias. Este tipo de provocaciones obliga al Perú a actuar con prudencia, evitando errores que puedan ser aprovechados por actores que ni siquiera cuentan con el respeto unánime en su propio país.
La realidad nos muestra que todos los Estados, según sus respectivas Constituciones, asignan a sus Fuerzas Armadas la misión de garantizar la independencia, soberanía e integridad territorial. Por ello, es deber del Estado dotarlas de los medios necesarios para cumplir su función.
Sin embargo, en el Perú, cuando alguna autoridad se preocupa por la Defensa Nacional, surgen voces que, sin mayor conocimiento, critican esta preocupación. Algunos medios también han contribuido a este descrédito, demostrando una peligrosa falta de compromiso con los intereses del país.
La Defensa Nacional no es un gasto, sino una inversión estratégica para las futuras generaciones. Lo que sí debemos exigir es transparencia en el uso de los recursos y asegurar que cada inversión se oriente a fortalecer nuestras capacidades reales.
Si bien existen mecanismos diplomáticos para resolver conflictos, la experiencia demuestra que no siempre son suficientes. El Perú aún mantiene temas pendientes con países fronterizos. Por ello, es urgente recuperar la capacidad operativa de nuestras Fuerzas Armadas. La diplomacia, sin respaldo de una fuerza disuasiva, carece de eficacia.
Hoy es el presidente de Colombia, mañana podría ser otro.

Por Gral. Div. EP Ronald Hurtado Jiménez

Mira más contenidos en Facebook, X, Instagram, LinkedIn, YouTube, TikTok y en nuestros canales de difusión de WhatsApp y de Telegram para recibir las noticias del momento.