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Las lluvias, otra vez

Fecha Publicación: 01/02/2019 - 22:20
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Como casi todos los años por estas fechas, el país empieza a sufrir las consecuencias del cambio de estación con la llegada de lluvias torrenciales, huaicos, inundaciones y demás desastres de la naturaleza, que afectan a miles de pobladores que se ubican en zonas altamente vulnerables, especialmente en zonas andinas y riberas de los ríos de nuestra amazonía. Esto es lo que ya viene ocurriendo en muchos lugares del territorio nacional, según los reportes, cada vez más frecuentes, de la prensa nacional. Y Lima tampoco viene a ser la excepción.

En el norte del país, las primeras informaciones preocupantes llegaron de la provincia de Casma que daba cuenta del incremento del caudal del río Sechín, cuyas aguas arrasaron parte de las obras de descolmatación que el Ministerio de Agricultura venía llevando a cabo. A su vez la Oficina de Defensa Civil del distrito de Nepeña, en la provincia del Santa, alertaba que se habían activado 15 quebradas del lugar debido a las fuertes precipitaciones que cayeron en los últimos días. En tanto que el Centro de Operaciones de Emergencia Regional de Áncash advertía que un huaico en la carretera Aija-Recuay, en el sector Sincuna, había caído hace unos días, interrumpiendo inevitablemente el tránsito en esa zona.

Así están las cosas. Los pobladores empiezan a preocuparse y las autoridades locales giran sus miradas o a los gobiernos regionales o al Gobierno Central, según sea el caso, para demandar celeridad en las obras de protección y prevención. Lamentablemente, estas llegan, muchas veces, tarde, ya cuando la naturaleza arrasó las propiedades y las expectativas de los pobladores. Lo que no se comprende es cómo, si el fenómeno se repite año tras año, no se pueda prever esas situaciones y tengamos que estar lamentando luego las pérdidas humanas y materiales en las zonas de desastre.

Por otra parte, hace unos días el Senamhi había advertido que hasta fines de enero se esperaban lluvias, granizo y nevadas de moderada a fuerte intensidad en muchos lugares de la sierra del país. Las regiones señaladas por el Senamhi como afectadas eran Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lambayeque, Lima, Moquegua, Pasco, Piura, Puno, Tacna y Tumbes, por lo cual todos debemos permanecer alertas. Ya el Gobierno se ha visto en la necesidad de declarar en estado de emergencia 10 distritos ayacuchanos en las provincias de La Mar y Huanta, debido a la caída de huaicos y deslizamientos que dañaron algunos tramos de sus carreteras.

Mientras, en Lima, más de dos mil familias que resultaron damnificadas por la inundación de aguas servidas en el populoso distrito de San Juan de Lurigancho, no se recuperan del desastre ocurrido por la rotura de una tubería matriz que corría paralelo a la línea del tren, cuya obra deberá ser profundamente investigada para establecer el grado de responsabilidad de los funcionarios y empresas que tuvieron a su cargo ejecutar y recibir, sin supervisar adecuadamente, la obra.

Al paso de los días, SJL se recupera lentamente. Los daños han sido cuantiosos. Si bien Sedapal activó la póliza de seguros y multiuso para garantizar la reparación a las familias afectadas, estas siguen viendo con explicable incredulidad el proceso. Entretanto, se sabe que las aguas también afectaron los pozos de los condominios cercanos a la zona de desastre, poniendo en grave riesgo la salud de las personas, por lo cual las autoridades han activado sus medidas de alerta. Tenemos que destacar, sin embargo, la rápida reacción de las autoridades competentes y de la población en general que salió en apoyo y solidaridad de la población damnificada.