Las negociaciones entre Israel y Hamas en su hora decisiva

Para que Hamas, el grupo miliciano terrorista que ha estado al frente del poder político en la Franja de Gaza desde 2006 en que ganaron unas elecciones cuestionadas, haya aceptado los términos de la propuesta del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, para conseguir un alto al fuego y negociar la liberación total de los rehenes que retiene, significa que se encuentra realmente diezmado. Sus cuadros dirigentes y del más alto nivel, fueron eliminados sistemáticamente por Israel, luego del 7 de octubre de 2023, en que miembros de Hamás ingresaron en territorio israelí y masacraron a más de 1200 judíos y secuestraron a alrededor de 250, quedando cerca de 50 vivos. Hamas sabe que la negociación en el fondo no existe como la quiso, pues Washington lo que en el fondo ha trazado a Hamas es el cumplimiento de un modus operandi en la condición de ultimátum, de tal manera de que, ante la eventualidad de rechazarla, la reacción de Israel sobre Gaza sería feroz. No cabe la menor duda que Hamas actúa con realismo y sabe que sus movimientos están cada vez más limitados, y hallándose en la condición de vulnerable, ha debido ir por lo más cuerdo en estos momentos. Hamás también sabe que logrará la liberación de un número significativo de sus hombres encerrados en las cárceles de Israel, pero a cambio de ello, y no teniendo otro remedio, sabe que tendrá que dejar el poder en Gaza, que era lo que más preocupaba a Benjamín Netanyahu y desde luego, a Donald Trump, con lo cual técnicamente podrían consumar su derrota, por lo menos coyuntural o circunstancial, pues no habrá nada definitivo para la paz eb Medio Oriente, mientras no sean abordados los asuntos de fondo entre Israel y Palestina. Si los rehenes son devueltos a Israel, el primer ministro Netanyahu habrá conseguido una victoria que lo volverá a empoderar -la retirada de las fuerzas de Israel del territorio gazatí, no se verá como una derrota-, y en cuanto a Trump, es probable que corra por las redes mostrándose responsable de la paz alcanzada y hasta cundiendo la idea de ungirlo en serio candidato al premio nobel de la paz. Pero el acuerdo de paz que, por cierto, todos queremos, no deberá confundirse con el problema de fondo entre Israel y Palestina, que sigue pendiente y deberá ser abordado en su momento como el reconocimiento de Palestina como Estado miembro pleno de las Naciones Unidas y, eso sí, nunca dejarlo para las calendas griegas. Por eso, los arreglos, como el que puedan llegar Israel y Hamas, nunca será definitivos si acaso no involucran el asunto de los territorios ocupados por Israel y que tanto reclama Palestina, y de la tranquilidad y de la seguridad para vivir en paz permanente como es lo que reclama Israel.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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