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Las obsesiones son mis amigas

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Fecha Publicación: 02/02/2022 - 22:20
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Al hablar de las obsesiones, nos referimos al trastorno obsesivo-compulsivo, siendo la característica esencial la presencia de pensamientos obsesivos o actos compulsivos recurrentes. Los pensamientos obsesivos son ideas, imágenes o impulsos que irrumpen una y otra vez en la mente del paciente en forma estereotipada. Casi siempre son molestos y el paciente a menudo intenta, sin éxito, resistirse a ellos. No obstante, el individuo los reconoce como pensamientos, incluso aunque sean involuntarios y con frecuencia repugnantes. Los actos compulsivos o rituales son comportamientos estereotipados que se repiten una y otra vez. No son por sí mismos placenteros, ni tampoco llevan a completar tareas útiles de por sí. Su función es prevenir algún hecho objetivamente improbable, que suele referirse a recibir algún daño de alguien o que el paciente se lo pueda producir a otros. Normalmente el paciente reconoce este comportamiento como carente de sentido o de eficacia y realiza intentos repetidos para resistirse a ellos. Si se opone resistencia a los actos compulsivos la ansiedad empeora.

Es muy importante que los pacientes que están atravesando por este trastorno, busquen ayuda en programas de salud mental con psiquiatras y psicólogos y se sometan a sesiones de psicoterapia con la finalidad que el paciente tome conciencia que son producto de la mente, inocuos, debido al medio ambiente que se han desarrollado, dando origen a un perfil de personalidad que le produce conflictos con la persona misma y se dificulta de las buenas relaciones interpersonales. Por lo general estas personas provienen de familias con pensamientos rígidos, ritualistas, formalistas, donde importa mucho la disciplina, el orden, la limpieza, que se piensa en lo malo de las personas y cosas, instalando la duda y sentimientos de culpabilidad, que les produce ansiedad y angustia.

Es de suma trascendencia que el terapeuta instale en el paciente que las ideas que se repiten en la mente o los actos compulsivos tienen un origen psicógeno y no de otra naturaleza, enseñándole técnicas que le permitan manejar sus obsesiones, que no tienen un contenido real y, por lo tanto, te haces amigas de las obsesiones para que cuando aparezcan en la mente tengas herramientas para afrontarlas, porque el paciente ha aprendido que son improbables que existan en la realidad. De esa manera, el paciente se ayuda, asimismo, disminuye la ansiedad, la angustia, la desesperación, la mente se tranquiliza, permite pensar mejor, actuar y tomar mejores decisiones.

Hay que saber diferenciar el trastorno obsesivo-compulsivo con rasgos de la personalidad, en el trastorno se han instalado pensamientos, ideas, imágenes, compulsiones, que no te permiten sentirte bien y necesitas ayuda. En cambio, los rasgos constituyen el perfil psicológico de cada individuo, el carácter, temperamento, forma de pensar, percibir el mundo que le rodea es en sí la manera de ser de cada persona, que no le produce ninguna clase de dificultades consigo mismo y los demás y le permite desarrollarse en diferentes áreas con buena empatía, logrando los objetivos propuestos.

La mente humana es impredecible, hay que protegerla, cuidarla, alimentarla con hechos constructivos, que enriquezcan el espíritu, apartándote de las personas tóxicas.

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