Las Ong están en salmuera
The Financial Times, el periódico mejor informado, el más certero en sus opiniones y, consecuentemente, el más influyente del planeta, publicó al día siguiente de las elecciones norteamericanas un esclarecedor análisis sobre los comicios estadounidenses, cuyas conclusiones son rotundas: “Los norteamericanos han hablado y, de esta manera, están retornando a Donald Trump a la Casa Blanca. La votación ni siquiera ha sido comparada. Trump aseguró, cómodamente, más de la mitad del voto popular, y los republicanos ganaron el control del Senado y (aunque aún no había sido confirmado, cosa que luego también ocurrió) inclusive pueden mantener la Cámara Baja. El regreso de Trump es una extraordinaria historia que nuestro jefe del buró en Washington, James Politi, cuenta en el siguiente informe. La contundente elección de Trump confirma cambios que ya se habían señalado respecto a un nuevo orden mundial, en el cual Estados Unidos ejercerá su poder de manera diferente, disminuyendo su actual actuación como modelo para el liberalismo y haciéndolo más bien como la superpotencia que es, anticipando que implementará su voluntad ante el planeta”.
Evidentemente, la progresía mundial continúa floreciendo al amparo de gobernantes pertenecientes al Partido Demócrata estadounidense. La embajada norteamericana en Perú es un claro ejemplo del favorecimiento del que, hasta ahora, gozan las organizaciones no gubernamentales (ONG). En rigor, una mafia del mal concebido liberalismo, aglutinada en el interés personal de quienes dirigen estas entidades, formadas precisamente para influir en las autoridades de gobiernos democráticos de todo el planeta. Su objetivo, sin embargo, a la luz de sus resultados durante este primer cuarto de siglo de su vigencia, ha sido distorsionado, convirtiendo a las ONG en integrantes de poderosas organizaciones políticas que, con fondos opacos, doblegan a gobiernos elegidos por votación popular.
Además, en materia jurisdiccional, las ONG manejan tanto a los ministerios públicos como a los poderes judiciales de países que, como Perú, son gobernados por personas manipuladas por el ámbito de las ONG, financiadas a su vez por los países del primer mundo y por colosales fortunas de los ciudadanos más acaudalados del planeta. Esta realidad, reconocida en todo el mundo, resulta un tabú en Perú, donde las ONG cuentan con una legislación “especial” que impide a nuestras autoridades —es decir, a quienes deberían representar a treinta millones de peruanos— siquiera indagar sobre aquellos miles de millones de dólares que, subrepticiamente, ingresan cada año a nuestro país, enviados desde el exterior por fondos opacos que están autorizados a utilizar toda suerte de artimañas propias de las mafias criminales. Esto incluye remesas de entidades domiciliadas en Estados Unidos, la Unión Europea, etc., que, de cara al público, se jactan de combatir el tráfico ilícito de recursos económicos.
Pues ese berenjenal de miles de millones del que disfrutan en parte las ONG nacionales y aquellas mega ONG extranjeras que operan en nuestro país podría terminar de un pif-paf tras el triunfo de Donald Trump. Con razón, estos sectores incluso tildan de nazi al actual presidente estadounidense.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
