Las personas son como son, no como uno quiera que sean
Muchas veces las personas desean que los seres humanos sean de determinada forma, como ideal, pero la realidad no es así, uno no escoge a los padres, hijos, hermanos, tíos, primos, sobrinos, algunas veces la genética, herencia, no corresponde a los que la persona hubiese querido y algunas veces dicen a los hijos, no has sacado nada de tú padre, empero esta situación es relativa, uno es lo que es y no lo que quieran que sean.
Es muy común que estás interrogantes se planteen en una relación de pareja, que las personas tienen una idea pre concebida de cómo debe ser la relación, que con el transcurrir del tiempo se integran o se separan por diversas razones, incompatibilidad de caracteres, les es difícil sujetarse a las reglas de pareja, unos o unas desean mayor libertad, otras más atenciones, les invade la soledad, no se ven durante el día, llega la noche y uno de ellos ya está dormido. Esto indica que, la relación no está funcionando bien y exige darse un espacio para resolver su vida de pareja, que algunas veces se corrige u otro no, depende mucho de los sentimientos que recíprocamente se profesan y cuán es indispensable el uno para el otro, decidir si puedo continuar con mi pareja, adaptándose, renunciando a algunas cosas para relacionarse mejor.
Algunos dicen, los primeros años, nos llevamos bien, después todo cambio, con la venida de los hijos, la esposa les daba más dedicación y él se quedaba trabajando más tiempo o se distraía en otras cosas fuera del hogar. Es importante, graficar diferentes escenarios que puedan darse o presentarse, lo importante es, como los abordo. Parto de una realidad, cuando existe amor, todo se puede y sí no existe nada se puede, así de simple, ni terceras personas podrán resolver estos conflictos de intereses, aportaran sugerencias, soluciones alternas, al final son decisiones exclusivas de la pareja. Ni los hijos atan las relaciones de los padres, consideró, que es un error mantener una relación deteriorada por los hijos, ellos crecen y se independizan, lo importante es que no cometan los mismos errores, que se desarrollen con libertad, maduramente, aceptando que la relación de pareja de los padres era insostenible y optaron buscar sus caminos, manteniendo una sana relación con los hijos.
Nadie cambia a nadie, sino desea cambiar, aceptas a las personas como son y no le exiges que sean como uno quiera, porque te vas a encontrar con una pared que no la podrás derrumbar nunca y debes decidir por ti mismo buscar alternativas que permitan convivir y compartir la vida.
Conocí en consulta un joven, que había ingresado a la universidad, que tenía un pensamiento rígido con un estereotipo de pareja pre concebido, procedente de un hogar estrictamente religioso, al punto, que le exigían que solamente presentara a su pareja en la casa con la cual se iba a casar, que reuniera determinados requisitos, religiosa, poca vida social, sin experiencia sexual, que el matrimonio es para toda la vida, que no crea en el aborto, prácticamente, que la muchacha viniera del convento, situación que no obedece a la realidad; y el joven, tuvo muchas dificultades para formar pareja, sino respondía a las exigencias que le habían inculcado las desechaba, logrando enfermarse del sistema nervioso por sentirse solo, angustiado, desorientado, con poca empatía y aceptación en el grupo, refugiándose en el alcohol y con prostitutas, que le era más accesible a tener relaciones sexuales. Ahora es feliz, escucha y decide en pareja.
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