Las sanciones económicas
Han aparecido en Berlín y otras capitales europeas manifestaciones en favor de la diplomacia, como medio para alcanzar la paz entre Rusia y Ucrania.
Sin embargo algunos gobiernos insisten en el suministro de armas, así como en las sanciones económicas. Sancionar puede el que tiene mayor poder y cuenta con la legitimidad debida. Y se establecen estas para reparar o evitar consecuencias negativas. Castigar, en cambio, es una acción negativa para imponer una pena.
La Carta de las Naciones Unidas establece medidas correctivas en caso de quebrantamiento de la paz o amenazas contra la paz o actos de agresión. Según el artículo 41, tales medidas podrían comprender la interrupción parcial y hasta total de las relaciones económicas y las comunicaciones ferroviarias, marítimas aéreas, y otros medios de comunicación, hasta la ruptura de relaciones diplomáticas. Es más, si el Consejo de Seguridad de la ONU considera que estas medidas no son suficientes, puede acordar hacer uso de la fuerza.
Hubo casos en que las sanciones las tomó el Consejo de Seguridad a instancias de la Asamblea General y fueron efectivas, como fue el caso de Rhodesia, dentro del proceso de independencia en África y el combate al Apartheid.
En los conflictos internacionales, algunos países se han arrogado el derecho y la capacidad de ejecutar distorsiones económicas en otros, bajo la idea de que estarían aplicando una sanción. Pero estas no siempre resultan efectivas.
Es más, por lo general las sanciones económicas –así como la adquisición secreta de armas- afectan a los ciudadanos que no tienen que ver con los propósitos políticos de los gobernantes. En la OTAN es común que se pida a los pueblos que destinen el 2% del Producto Bruto Interno de sus países a gastos militares.
Hoy en la guerra en Ucrania, las diez sanciones impuestas contra Rusia no pudieron detener los nefastos propósitos de Putin de mantener ocupada parte de Ucrania. Más bien castigaron seriamente la economía de países europeos. La devaluación del euro en un 15 % y la inflación del 10 %, así como la escasez de energía –que suministraba Rusia- pone a países como Alemania, que fueron potencias económicas, al borde de la recesión.
No siempre los políticos aciertan en sus medidas. Como las relaciones internacionales, por la misma definición, son esencialmente vínculos entre naciones, se da el caso de que estas sanciones que son aplicadas por Estados o gobiernos no representan los intereses de sus habitantes. Los pueblos aportan sangre y soportan el sufrimiento. Por ello apuestan más bien por los caminos positivos para alcanzar la paz.
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