Las Torres Gemelas
El miércoles de esta semana se cumplieron 18 años de los demenciales ataques terroristas a las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, centro emblemático del poder político y militar de los Estados Unidos. El mundo observó, absorto, cómo dos aviones de vuelos comerciales impactaban, con diferencia de segundos, uno en cada torre, provocando la mayor catástrofe que se recuerde en la historia.
El grupo terrorista Al-Qaeda, liderado por Osama bin Laden, se atribuyó el atentado que provocó la muerte de dos mil 50 personas y ocasionó ingentes pérdidas no sólo materiales, sino también en la economía norteamericana y del mundo, hecho que se vio reflejado en el desplome de las Bolsas de Valores de gran parte de los países del planeta. Fue, sin duda, un acto sin precedentes que quedó registrado en la memoria colectiva del mundo entero.
Los terroristas habían secuestrado, previamente, los aviones que luego estrellarían en las torres y uno tercero en la periferia del Pentágono. Las naves llevaban personas civiles que se trasladaban de una ciudad a otra, como cualquier día de semana. Nadie podía presagiar lo que habría de ocurrir esa fatídica mañana. Sólo los terroristas conocían el epílogo de sus actos. Con el demencial ataque fuimos advertidos de la existencia de este grupo terrorista como uno de los más destructivos del mundo.
Se trataba de una organización formada sobre la existencia de células militares clandestinas, que tenían el propósito de coordinar ataques terroristas en diferentes partes del mundo, considerados por ellos como enemigos a su fundamentalismo islámico. Paradójicamente a lo que pudiera pensarse, el grupo fue fundado por el multimillonario de origen saudí, Osama bin Laden, que lo lideró hasta que fue muerto por las tropas americanas meses después de cometido el atentado.
No olvidemos que las Torres Gemelas eran consideradas como el símbolo más dinámico y emblemático del mundo financiero estadounidense. Habían sido diseñadas a principios de los años 60, junto con varias decenas de edificios. Las torres que fueron blanco del ataque eran las más altas del centro comercial y contaban con 110 pisos. Inicialmente habían sido edificadas, según se conoce, para dar servicio a importantes organizaciones y compañías íntimamente vinculadas al mundo comercial.
Con los años, el crecimiento empresarial fue exponencial al punto que ya en la década de los 90, el pico más fecundo, más de 500 compañías se habían instalado dentro del complejo y más de 50 mil personas se beneficiaban con empleo directo por la actividad comercial de la zona, al mismo tiempo, que se había convertido en una zona turística por excelencia.
El atentado se produjo en circunstancias que EE.UU salía de una recesión. Sin embargo, pese al impacto inicial, el consumo y la confianza de la población se recuperaron con el tiempo. Por otro lado, el demencial ataque terrorista sirvió para que el gobierno de George W. Bush destinara el mayor presupuesto de su historia a la seguridad, ordenando, al mismo tiempo, incursiones militares inmediatas en Irak y Afganistán. Luego de estas acciones, el terrorismo internacional quedó seriamente afectado y la opinión internacional sensibilizada de sus actos. Ahora lo recordamos a modo de reflexión sobre los efectos perniciosos del terrorismo, en cualquier lugar que se presente.
Juez Supremo
