Las ventanas de Bukele

(Guerra contra la inseguridad ciudadana).

Del 23 al 27 de mayo pasado, tuve la valiosa oportunidad de participar en la 'VIII Misión Internacional de Ciudades Seguras (MIC)' - desarrollada en El Salvador, tierra del presidente Nayib Bukele, quien con políticas públicas efectivas le declaró la guerra a la delincuencia en su país, sirviendo este caso de ejemplo a los mandatarios de la región, en la lucha por la paz y tranquilidad de nuestros países.

Durante nuestra ardua visita, pudimos conocer sus programas sociales, deportivos, además de algunos de sus centros de monitoreo y videovigilancia, por Antiguo Cuscatlán y el distrito de Santa Ana. Todo un sistema integrado que va desde el abordaje de la prevención hasta las más severas sanciones por incumplimiento de la ley, en última instancia.

Previo a este viaje, ya el pasado 12 de mayo habíamos organizado en el Hemiciclo Raúl Porras del Congreso de la República, el Foro: “Reformas necesarias en materia de seguridad ciudadana”, en donde se trató el tema de la inseguridad con un enfoque multidisciplinario desde las estadísticas, las leyes, la policía, el ministerio del interior, la academia. Recordemos que la delincuencia es solo la punta del iceberg. Para que una persona es convierta en un mal elemento de la sociedad primeramente ha desarrollado toda una forma de pensar y actuar producto de su educación, cultura, y ambiente familiar. Es por ello que, por cierto, siempre he insistido en la importancia del fortalecimiento de la familia, pues somos en sociedad el reflejo de las instrucciones recibidas en el hogar, y el ambiente en que nos formamos.

En el citado Foro de Seguridad realizado en Lima, se hizo énfasis en cómo la Teoría de las Ventanas Rotas -obra de criminología y sociología urbana publicada en 1996-, sigue estando vigente, pues fijándonos detenidamente, es precisamente en los lugares y distritos más abandonados, descuidados e insalubres, que la delincuencia campea convirtiéndose no solo en “tierra de nadie”, “zona roja” para el libre tránsito, sino en basureros, fumaderos, y hasta centros de entrenamiento delincuencial.

En mi viaje a El Salvador he podido verificar in situ un caso de éxito, y reafirmar mi compromiso por la seguridad ciudadana. Por ello también ostento entre mis propuestas legislativas, medidas como: 1) La expulsión de delincuentes extranjeros, 2) La reducción de la cuantía para que el hurto sea considerado delito, 3) La reducción de la edad de imputabilidad de los delincuentes adolescentes de 16 y 17 años.

Estoy seguro de que la promoción de la paz en nuestro país, vista desde la prevención de la inseguridad hasta las más efectivas sanciones, nos ayudará a lograr el crecimiento y desarrollo que tanto necesitamos.

¡En pie de guerra contra la inseguridad ciudadana!

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