Le pusieron mal el nombre
La congresista Digna Calle lleva cuatro meses sin pisar el Congreso. Reside en Estados Unidos con su familia y desde allá despacha en remoto, como si el Parlamento fuera una empresa privada y ella un alta corporativa que puede darse esos lujos. Ha pedido, es cierto, licencia sin goce de haber. Sin embargo, concurre al Pleno cuando este es virtual y -ahí está el detalle- VOTA.
¿Cómo puede seguir desarrollando sus funciones de trabajo con una licencia sin goce de haber otorgada por el Congreso? Se supone que si no trabajas no cobras porque estás de licencia, pero en el curioso caso de Digna Calle, ella sí trabajaría, pero no percibiría ninguna remuneración. Esto es absurdo. No tiene sentido más del de la vulgar componenda para que la señora Calle sirva a determinados intereses en el ajedrez de las bancadas con su VOTO.
Es ese voto el que vale la pena y por lo tanto Digna es útil aún no pise el Congreso desde hace más de 120 días. Mientras tanto, el Congreso le sigue pagando religiosamente a todo su staff de asesores, técnicos y auxiliares puestos por la confianza del dedo de Digna Calle. Trabajan sin jefa presente. Dice Calle que es la congresista que más producción legislativa tiene. Puede ser, pero ni sabemos su calidad ni eso justifica su ausencia. Y mientras tanto, en el Congreso no pasa nada con esta señora pues necesitan su VOTO y ya se acercan las próximas elecciones a Mesa Directiva. Así que ni con el pétalo de una rosa.
Esto sucede porque en el Congreso se puede hacer lo que se viene en gana. En otras palabras, tienen su propia “normativa laboral” amparada en un reglamento que es una ley orgánica, porque así lo han decidido los propios congresistas para poder contratar a todo el personal de confianza que se les ocurra, dejando de lado al personal de carrera del Congreso que es muy eficiente. La lógica es pagar favores de campaña y de ahí viene el talante de las y los mocha sueldos que se creen los dueños del puesto de trabajo. En resumen, yo te pongo aquí como una retribución, pero tú también me tienes que retribuir con parte de tu sueldo.
¿Y el departamento de Recursos Humanos? Funciona, pero para los empleados de carrera. Nunca se pueden meter con los congresistas a los que les tienen temor reverencial. De esto se sigue que en la realidad existen 130 módulos de oficinas de recursos humanos, pues son 130 los congresistas de la República y cada uno es una agencia de empleos. De ahí que Digna no sea tan digna ni esté en la calle, como debería.
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