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Ley contra la venganza zurda

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Fecha Publicación: 12/07/2025 - 21:40
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Ha sido aprobada la ley que pone fin a la persecución de los miembros de las FFAA, PNP, Comités de Auto Defensa CADs por su participación en la lucha contra el terrorismo en las últimas décadas del siglo XX, cuyo proyecto fue impulsado desde hace más de dos años por el Almirante y Congresista de la República Jorge Montoya Manrique autor del texto. Veremos de qué lado está -al menos por conveniencia- el Gobierno (¿?) de Dina Boluarte cuando le toque promulgarla.
Debemos celebrar, no solamente porque la ley constituye un poderoso escudo contra la persecución judicial -o es que acaso como el tango, 20 años de juicios no es nada- que aquellos padecen, sino también porque le asesta un golpe durísimo a las izquierdas y su despreciable venganza. ¡Regocijémonos!. A ello se suma la tenacidad de los congresistas Almirante José Cueto y Fernando Rospigliosi con su ley sobre lesa humanidad. Estos tres patriotas se han convertido en las bestias negras de la izquierda cosmopolita -para su orgullo- la misma que ha acumulado muchísimo dinero y poder político gracias a su culto hipócrita y fenicio de los derechos humanos. Como era de esperarse, las izquierdas en general han anunciado diluvios y condenas internacionales que de seguro sólo habrán de preocupar a algunos incautos que nunca faltan. Hicieron lo mismo con el fallo del Tribunal Constitucional sobre el indulto otorgado al fallecido expresidente Alberto Fujimori. Nada ocurrió como era previsible.
Quienes formamos parte de las FAA y que desde muy jóvenes somos testigos del inconmensurable sacrificio que demandó vencer al terror comunista, no podemos más que alegrarnos de que el Congreso de la República –que ha recibido los más implacables ataques de las izquierdas y sus voceros en los medios–haya marcado un nuevo hito contra la persecución ignominiosa, la misma que amerita una verdadera y desideologizada comisión de la verdad, a contrapelo de aquellas a las que son tan aficionadas las izquierdas locales.
Hace algunos días escuché declarar a un conspicuo miembro de lo que Rospigliosi llama mafia caviar, asegurar, muy suelto de huesos, que si el juicio de El Frontón –la primera operación exitosa de rescate de rehenes durante la lucha contra el terrorismo– está durando tantos años, es porque los terroristas fallecidos en la isla -enviados ahí por el PJ- fueron más de cien. Lógica ruin. Ósea si hubiesen sido trescientos los muertos el 19 de junio de 1986 –¡hace 39 años!– el juicio tendría que durar trescientos años.
¡Amnistía para violadores de derechos humanos! grita el zurderío alcahuete de las organizaciones terroristas. No pueden ser violadores de ddhh quienes no han sido condenados. Adrede obvian que la ley no favorece a los que fueron sentenciados, y sí a los que tienen décadas en juicios interminables. Pero para ellos son culpables, no tienen derecho a presunción de inocencia, y logran que no pocos jueces y fiscales sean obsecuentes con esa premisa. Pero nada dijeron estos demócratas de opereta cuando su parientes ideológicos –los “equivocados”– que tenían cadena perpetua fueron luego favorecidos con penas benignas.
Corresponde al Ministro de Defensa –que de una vez por todas decida sacudir a ese ministerio de la nefasta influencia de las ONG como el IDL– y a los comandos institucionales enseñar a cabalidad y de manera profusa y obligatoria a los miembros jóvenes de las FFAA y a los profesores y alumnos de sus respectivos colegios, la magnitud de la lucha contra sl y el mrta. Inculcarles respeto y admiración máximos por el enorme sacrificio que hubo que hacerse, así como hacerlos consientes de la venganza del enemigo camuflado en la legalidad, y sobre todo del dolor de los huérfanos, viudas y padres de soldados, marinos, aviadores, policías y ronderos que rindieron la vida, tras la legítima victoria sobre el terror por la cual debemos estar muy orgullosos como peruanos de bien.
Agradezco a los almirantes Jorge Montoya y José Cueto y a Fernando Rospigliosi por su valentía, por su compromiso indesmayable en su lucha en favor de las FFFA, muchas veces recusada por el mal agradecimiento de los de sangre de horchata y del cuestionamiento de los mezquinos y la indiferencia de los cobardes.
Finalmente, dedico estas líneas a todos aquellos militares, policías y ronderos que han sufrido persecución política a través de operadores de justicia durante tantos años por haber luchado contra el terrorismo; y en memoria de los recientemente fallecidos Almirante Alberto Rivero y los Capitanes de Navío Gustavo Cárdenas y Héctor Lazo, veteranos guerreros que lucharon contra el terrorismo y que partieron al encuentro del Señor aún perseguidos por el enemigo.

Por Juan Carlos Llosa Pazos

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