Lima, capital mundial del derecho internacional
Esta semana se reunirán en nuestra capital los juristas más destacados del planeta, agrupados en la Red Mundial de Sociedades de Derecho Internacional. El evento se llevará a cabo en coordinación de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional (SPDI) y la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
El momento no puede ser más oportuno en vista de que se está desarrollando un nuevo orden económico y político internacional que necesita ser estructurado con una sólida base normativa que garantice la solución pacífica de conflictos y el bienestar de los pueblos. Ello sin duda es responsabilidad y materia del Derecho Internacional.
El Perú ha realizado importantes contribuciones y ha desarrollado valiosas iniciativas en el campo de la diplomacia y el Derecho Internacional favoreciendo la paz y el mejor entendimiento. No obstante, a diferencia de otros países latinoamericanos, no se ocupó de plasmarlos en Doctrina. Un ejemplo es la evolución pragmática que se evidenció en el asunto de la protección que se le otorgó en la embajada del Perú en La Habana en 1980 a más de diez mil cubanos.
Para facilitar la salida de Cuba a un número tan importantes de personas se optó por no calificarlas en principio ni de asilados como tampoco de refugiados sino sólo de ingresantes. Lo que cambió luego de que abandonaran el territorio de lo que se denomina Estado perseguidor. Así se obtuvo la salida del país sin mayor dilación que podría llevar una discusión sobre la naturaleza jurídica de cada caso. Y alcanzaron la libertad de más de ciento veinte mil personas.
La Doctrina peruana aplicada y aceptadas en la práctica sería la de que frente a una interpretación restringida de una norma de Derecho Internacional prevalecen preceptos superiores, como son resguardar la vida y asegurar la libertad del individuo como sujeto y objeto del Derecho Internacional.
En este contexto, hoy cobra aún más importancia el principio de no intervención en otros Estados, como elemento sustancial en el respeto a la soberanía. Sobre ello hubo una antigua iniciativa que data de 1930 en que el jurista mexicano Estrada elaboró las bases de una Doctrina, no siempre respetada, menos aún por su propio país.
El derecho internacional evoluciona constantemente. Los aspectos de soberanía y respeto a asuntos internos deben ser fortalecidos en la práctica con la aplicación de medidas efectivas.
Hoy podríamos así hablar de una Doctrina Gervasi que distinguiría el nombre de la Canciller de la Republica del Perú que le dio una nueva dimensión a la no intervención en asuntos internos defendiendo ello en foros multilaterales, así como de modo bilateral aplicando sanciones diplomáticas reconocidas en la práctica del llamado Derecho de Gentes a los países que incurrieron en ello con manifestaciones inapropiadas a través de sus jefes de Estado. Así se establece con la Doctrina Gervasi que el respeto es un elemento insustituible en las relaciones internacionales que debe ser constantemente materia de atención y vigilancia.
Este asunto, que va de la mano del prestigio que nuestros juristas y diplomáticos han evidenciado al más alto nivel, puede plasmarse en la reunión tan importante de estos días que se realiza en Lima.
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