Limpiemos el Estado de indeseables
El 18 de diciembre, esta columna tituló “Urge desintoxicar el Estado”. Planteaba que el gobierno transitorio licencie de inmediato a quienes, a punto de tarjetazos o ucases del tirano Castillo, entraron a trabajar a la caleidoscópica organización laboral del Estado. 99.99% de esa hoy “burocracia enemiga” la integran aprendices y agitadores políticos, sin experiencia laboral alguna en administración del Estado. Aunque premunidos, eso sí, de extraordinarios currículos en “oficios” como terrorismo, corrupción, manipulación, destrucción del Estado y cuanta tarea servía al objetivo del régimen satánico presidido por el corrompido, golpista Pedro Castillo: ¡Convertirnos en una republiqueta comunista como Cuba, Venezuela, etc. Transcribimos un párrafo del comentario.
En tiempos difíciles se conoce a la gente. El Perú atraviesa graves dilemas. Durante un cuarto de siglo sobrevivimos una sanguinaria, cruenta guerra interna, desatada por el principal enemigo que conoce la Patria: sendero luminoso. Una guerra desigual, donde cundían las emboscadas mortales, masacres a inocentes y destrucción a la propiedad de ricos y pobres. El Estado peruano -como ocurre en toda sociedad- cuenta con una defensa constitucional -sus Fuerzas Armadas y la Policía Nacional- para resguardar la vida y patrimonio de los ciudadanos. Pero el terrorismo –ya conocemos su estrategia- actúa de manera solapada, traicionera, enmascarada, sin uniforme identificatorio, con armas convencionales y/o artesanales; decidido a matar/herir a gente inocente con un único propósito: generar el pánico -terror, de allí su denominación- entre el pueblo. ¡Y, consecuentemente, entre las diferentes autoridades elegidas y/o las designadas por el gobierno! Tres décadas después de derrotar militarmente a sendero y al mrta, el Perú vuelve a encontrarse próximo a una guerra civil, desatada por el mismísimo enemigo que, se suponía, estaba militarmente derrotado. ¡Aunque políticamente redivivo, gracias a los garcía sayanes, eguigurenes, lerners y tantos gusanos de la mafia caviar que, vía la CVR, revivieron militarmente a su socio ideológico –sendero luminoso- al cual ahora utilizan para atacar la democracia, usando a unos bolcheviques contratados por Pedro Castillo y su pandilla asesina, afín a sendero luminoso, vía su arma política, el movadef!
Si en verdad el compromiso de la primera mujer presidente que ha tenido nuestro país es lograr un gobierno de transición que dure hasta las elecciones -a la fecha, previstas para abril 2024-; primero deberá pacificar el país y echar a andar una economía que se enfrenta a momentos singularmente dramáticos, con un país conmocionado por un canalla apellidado Castillo. ¡A este tipejo debe caerle todo el peso de la ley! Y respecto al siguiente proceso electoral, la presidente Boluarte necesita coordinar con el poder Legislativo para prescindir de las actuales autoridades, tanto del Jurado Electoral como la ONPE. Y en simultáneo, la presidente Boluarte y su premier, Alberto Otárola, deben disponer, como hemos desarrollado, una urgente y firme desinfección de todo el aparato estatal, para evitar que en los siguientes comicios el futuro de la Patria sea dinamitado desde los intestinos mismos del propio Estado. Para esa gesta es evidente que contarán con el infranqueable apoyo de la mayoría nacional. Solo así tendremos un limpio resultado electoral.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
