Lo que se viene
El diario español El País publicó hace días que Castillo eligió Ayacucho para llevar a cabo su primera “decisión” como presidente. “En esa llanura, los insurgentes locales derrotaron a las tropas de la monarquía española y sellaron la independencia de Perú hace dos siglos.” Pero acá agregaremos que, en 1980, sendero inauguró en Ayacucho una masacre terrorista que asesinó a decenas de miles de inocentes civiles; mató a miles de policías y militares; y atacó al país durante dos décadas. Allá también Castillo le tomó juramento como primer ministro a Guido Bellido, un apologeta del terrorismo. Sujeto que, según El País, retransmitió estas palabras del genocida Fidel Castro: “El hombre nuevo no puede ser un maricón. Otra vez se refiere a un empresario peruano y exministro como ´Gay puerco´. Más tarde, se pregunta con relación a una noticia: ¿´Por qué quieren mariconizar a los peruanos a cualquier precio?´. Cerrón le da un like a esa publicación. Sobre el suicidio de un hombre que dijo que no podía ver a sus hijos por impedimento de la madre, escribió: La mujer es tan destructiva y despiadada a la hora de mezclar sus rencores y egoísmo. No veo ninguna lesbiana ni gay que organice una movilización”´. Pues el tal Bellido sigue sigue siendo premier de un gabinete integrado por neófitos, ineptos, comunistas recalcitrantes, etc. ¡Nada ha cambiado! Como tal, la indignación ciudadana no sólo sigue igual, sino va en ascenso.
En consecuencia, ¿cómo pretende gobernar Castillo un país envuelto en tan profunda crisis sanitaria, económica, sociopolítica y de extrema inseguridad callejera, como la que dejó el temerario Kuczynski; y empeorasen mucho más el miserable Vizcarra y su compinche Sagasti? Aparte, ¿cómo gobernará Castillo con un Congreso adonde tiene sólo 37 de 130 legisladores, a quienes conserva acorralados como exhibe la conducta de este poder constitucional en el cual los demócratas fijaban tantas esperanzas de que se portase a la altura de las circunstancias? La explicación es muy fácil. Castillo mantendrá al comité comunista al que hoy llama consejo de ministros. Actuará como maquinaria de gobierno brutal –por la escasez de materia gris existente en su seno– para radicalizar las cosas, con el propósito de infundir aún mayor temor. Y so pretexto de tener por delante a una oposición en extremo reaccionaria, emprenderá un fanático proceso revolucionario, ahora que ya se apoderó de las fuerzas armadas y la policía nacional tras imponerles a gerifaltes politizados como comisarios.
¡Pero aquello empeorará la economía! Ojo que la inversión no sólo ha desaparecido, sino que vamos hacia un gigantesco proceso de desinversión empresarial. Credicorp es un reciente ejemplo. ¡Entonces, además tendremos a un gobernante sin dinero! Al totalitarismo le quedaría la alternativa de arrimarse a China o Rusia. ¡Incluso confiscar la propiedad privada! Pero la ineptitud del comunismo criollo impedirá que un gobierno tan primitivo como este sofoque semejante indignación social. ¡La protesta callejera lo expulsará del poder! A corto plazo habrá una colosal explosión social que derrocará a Castillo. Lamentablemente la reconstrucción nacional será larga y muy dolorosa.
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