Locales de cuidado
A una semana de iniciada las clases correspondientes al año lectivo de este 2019, la situación que nos presenta el sector educación es delicada. La infraestructura escolar lo dice todo. Son cientos o más los locales escolares en precarias condiciones, con techos por venirse abajo, paredes en mal estado y peor conservación, sanitarios casi en desuso, muros perimétricos derruidos, niños expuestos a recibir las clases en el patio y a pleno sol del día. Las imágenes que nos presenta a diario la televisión nacional son elocuentes: padres de familia implorando la atención de las autoridades, reclamos que han dormido el sueño de los justos, casi indolencia de burócratas que no tomaron medidas preventivas que resuelvan estos problemas que vienen de atrás.
Si eso lo vemos en Lima, ciudad que acumula la mayor población estudiantil y está al alcance de los reflectores de una prensa independiente, qué podemos esperar de aquellas instituciones educativas del interior del país, de aquellas comunidades campesinas alejadas de los centros urbanos, de aquellas regiones del país excluidas de la atención oficial, debido al histórico centralismo del Estado que aún no podemos superar. Este es el marco en el que deberá intervenir la flamante nueva titular de Educación. Habrá que esperar cuáles serán sus líneas maestrías y estrategias para actuar en su sector, de modo que estos y otros problemas inherentes a la educación sean enfrentados con transparencia y firmeza.
El exministro de Educación, Daniel Alfaro, informó a fines del año pasado, al sustentar el presupuesto de su sector para este año fiscal, que se había incrementado en 11.1 % respecto del presupuesto del año anterior. Dijo que de 27,567 millones de soles se había pasado a 30,628 millones de soles, lo cual deberá verse reflejado en obras concretas y no seguir observando el cuadro dramático de carencias de todo orden, en el sector Educación, uno de los que deberían merecer la mayor atención de autoridades y ciudadanos, tanto o más que la salud, derechos estos que tiene el pueblo a recibir en mejores condiciones para su existencia humana.
Consciente de la gravedad del tema, señaló el exministro que el presupuesto destinado a la infraestructura educativa se había incrementado en 34 %, con la finalidad de cerrar la brecha en este aspecto y salir de locales ruinosos o en abandono o construir otros nuevos que el presidente Vizcarra dijo que se llegará a un millar. “Esta es la tarea que le hemos dejado a la ministra: construir mil colegios nuevos”, señaló el jefe de Estado a la prensa. Hagamos votos porque se llegue a la meta propuesta. No hay derecho a que nuestros niños empiecen el año escolar en condiciones, en muchos casos, infrahumanas tanto en Lima como en muchas regiones del país. Esas imágenes dramáticas de locales precarios deberían ser, a futuro, solo recuerdos de una realidad ya superada.
Por otra parte, hace falta poner en práctica una política agresiva de monitoreo y supervisión de obras emprendidas en este sector a fin de evitar locales a medio construir o, en el peor de los escenarios, abandonadas. Es dinero del pueblo; es decir, de todos nosotros los que se utiliza en estas inversiones, lo cual obliga a ser utilizados con total transparencia y responsabilidad. En paralelo está también velar por la seguridad de nuestros escolares. No más colegios precarios, viejos locales deteriorados por el tiempo, o mal construidos, en muchos casos. Todo esfuerzo que el Estado y las autoridades pertinentes realicen en beneficio de la comunidad educativa debe merecer nuestro pleno apoyo así como el respaldo de la ciudadanía. Como se podrá advertir, solo nos hemos limitado a desarrollar el aspecto de la infraestructura en el sector Educación. Muchos otros son los problemas que aquejan al sector y tienen que ver con aspectos de contenido curricular, carrera meritocrática de docentes o la realidad laboral de ellos, que serán materia de otras entregas posteriormente.
