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Los años verdes

Fecha Publicación: 01/03/2019 - 21:10
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Solo había un puñado de canales de televisión cuando era niño. Los domingos por la noche, después de los noticieros, esperábamos con inquietud la transmisión de Noche de súper estrenos. La familia se reunía, preparaba canchita y veía a Arnold Schwarzenegger luchando contra Depredador. Los sábados se transmitía «V, invasión extraterrestre», serie de éxito arrollador, con álbum de figuritas coleccionables incluido, en el que la escena de la lideresa alienígena engullendo una rata produjo asombro y elocuentes comentarios en los recreos y, claro, durante las clases de matemáticas. Los noticiarios del fin de semana producían un gran impacto, con sus celebres destapes, aunque, valgan verdades, no los recuerdo como investigaciones que incomodaran a los políticos, sino como mini documentales melodramáticos y entretenidos. Como decían en aquellos años: «los programas que marcaban época».

Situación algo lejana al presente. Mientras en aquellos años, uno corría, cruzaba la ciudad, organizaba la hora de la comida para no perderse un programa de televisión; hoy, en cable, los programas se repiten una y otra vez, incluso en el mismo día. Ya no hay esa prisa. Las plataformas como Netflix le permiten al usuario elegir con paciencia, esperar los comentarios de sus contactos en redes sociales para luego elegir qué ver y cuándo. Los intereses comunes se han especializado.

Nada de esto es malo, solo diferente. Y viene a cuento porque el domingo pasado fue la entrega de los premios Oscar. El raiting más bajo en la historia: solo 26 millones y medio de televidentes en Estados Unidos. Mucha oferta, sin duda. Y, por otro lado, es un evento que muchos prefieren resumido en comentarios por las redes sociales, editados los momentos más llamativos en Youtube y, en Instagram, las mejores fotografías de los actores en su paso por la alfombra roja. El cine ya no es solo la pantalla grande, es la mediana y la pequeña, es internet y el cable, es acomodar el entretenimiento a los horarios de los usuarios: inevitable consecuencia de los nuevos vientos.