Los caviares al acecho
Perú es un volcán en plena erupción. La lava que vomita es la hiel que emana el marxismo, avivada por las mega fortunas del orbe. Empezando por George Soros, quien manipula al mundo en su beneficio. ¡Gracias a Soros, los caviares siguen mandando en el Perú! Un grupito político canalla, incapaz de ganar una elección presidencial pero que, con engaños y sublime inmoralidad, transa con el diablo con tal de obtener poder a cualquier costo. Hasta comienzos de siglo, fuimos capaces de desarrollarnos como ninguna otra nación de esta zona. Sin embargo el celo, la envidia y las desmedidas ansias de poder de las izquierdas -una de cuyas vertientes es, precisamente, la caviar- impidieron que el Perú continuase aquella ruta de ascenso y consolidación, en procura del desarrollo sostenido de esta nación. ¡Había que matar a la gallina de los huevos de oro: la Constitución de 1993! ¿La razón? Fue aprobada por el Congreso Constituyente propuesto por Alberto Fujimori, enemigo público número uno del comunismo e implacable antagonista de sendero y el mrta, desde que se enfrentaron al Perú sanguinariamente en los años ochenta. La envidia de los caviares fue el origen del caos en que ahora vemos envuelta a nuestra patria. Jamás perdonaron ni perdonarán los caviares que su socio ideológico –a la vez fuerza de choque de la izquierda- llamado sendero luminoso, perdiera la batalla contra el Estado peruano, gracias a aquella épica acción de nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional. Los caviares fabricaron la CVR para, per secula seculorum, perseguir en venganza a los militares y policías que salvaron al Perú de caer en manos del comunismo polpotiano que practicaba el genocida abimael guzmán. Los caviares complotarían con guzmán, más que satisfechos de asociarse para establecer un régimen de corte cubano en el Perú, adonde ellos consolidaron una cuota de poder y el pueblo quedaría sometido a la opresión del gobernante absolutista. Pero los caviares fracasarían, tras la derrota de sendero. Aunque luego hallaron la razón precisa para reverdecer: Alejandro Toledo. Pactaron guardarle las espaldas durante el lustro de poder que le concedieron gobernar, mientras ellos incrustaban sus mecanismos de poder entre los estamentos más importantes del Estado, como poder Judicial, Fiscalía, Jurado Electoral y ciertos ministerios clave. Además, impusieron su derecho a veto para designar ministros. Toledo dependería de ellos para nombrarlos. Fueron pues cómplices de la gran corrupción del Toledo, quien robó –y permitió que roben sus aliados- miles de millones de dólares al país. Después de Toledo, los caviares siguieron avanzando. Apoyaron a corruptos como Humala, PPK, Vizcarra, Sagasti. Hasta alcanzar el ápice de su vesania, respaldando a otro corrupto ágrafo, además senderista, como Pedro Castillo. El epílogo lo confirmamos ahora. Perú viene siendo atacado por el comunismo transnacional dirigido, obviamente, por Cuba y Venezuela. ¡Pero los caviares ya se acomodan para suceder a Dina Boluarte, vía Flor Pablo, Málaga, Sagasti, Nieto! ¡Entrañables amigotes del comunismo bolivariano! Intentarán adaptarse a quien sea el siguiente comisario-monigote que resulte siendo candidato de la izquierda, para acabar de destruir al Perú.
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