Los caviares, grandes culpables
¡La izquierda internacional es el gran artífice de la explosiva situación en que se encuentra su país! El terrorismo hace lo suyo y arrastra a las poblaciones vulnerables. Lo hace en connivencia con la izquierda resentida que vive de hacer política de la pobreza. Pero quienes hacen una labor de zapa, tan antipatriótica como la extrema izquierda de Castillo, son los caviares. Gentuza que ha movido cielo y tierra para que el Perú caiga en manos de una mafia, como la organización criminal, Fiscalía dixit, que dirige Pedro Castillo. Más aun, hoy que el gobierno de Dina Boluarte decreta Estado de Emergencia, la izquierda caviar ha vuelto a salir en defensa del terrorismo tal como lo hizo durante 25 años del baño de sangre que generó sendero luminoso, protestando ahora por “la criminalización de la protesta”. Recordemos que, derrotado el cabecilla genocida Guzmán, la izquierda caviar reincorporó a sendero luminoso al centro del debate a través de la comisión de la verdad, como espolón de proa para prolongar la vigencia del terrorismo, ahora reciclado como Perú Posible bajo órdenes de los servicios de inteligencia cubanos, las huestes asesinas de Maduro y los criminales de las farc, que ahora gobiernan Colombia. Todos disciplinadamente coordinados por el siniestro Foro de São Paulo
De puro frívola y arribista, una parte de nuestra sociedad simpatiza con la izquierda caviar. Coincide con sus agendas extranjerizantes impuestas por oenegés generadoras de dogmas políticamente correctos, contrarios a nuestra cultura tradicional. Desde la fundación de la república, Perú mantuvo un talante propio que posibilitó la creación de un ciudadano moderno, desarrollador de una nación pujante, aunque socialmente complicada. Pero, al fin y al cabo, medianamente aceptada por la comunidad mundial. Sin embargo, a inicios del tercer milenio nuestros paradigmas cambiaron debido a la incorporación de artificios creados por la globalización del planeta. Surgió la corriente que se considera rectora del buen comportamiento, patrocinada con extraño frenesí por un sector de las clases altas y media peruanas. Gente no sólo con escasa cultura, sino sin principios auténticos, convertida en dueña de la verdad, en árbitro del bien y el mal y en artífice de todo lo frívolamente correcto.
Pues esta gente, amable lector, es responsable del fiasco en que hoy se ha convertido el Perú contemporáneo. Una nación sin rumbo. Porque sus clases dirigentes han permitido que lo que fue una sociedad culta y próspera, se convierta en una colectividad rendida al individualismo y el hedonismo. Dejamos de cultivar nuestras raíces, sin hacer nada -o muy poco- por entender que vivimos en un país del cual hemos sido incapaces de sacar de la pobreza a millones de compatriotas.
¡Este modelo artificial de “éxito” fatuo, vacuo y esclavizador, es el modelo caviar impuesto por los dueños de la verdad! Gentuza incalificable que ha llevado al Perú a la convulsión social por imponernos su fingida superioridad cultural, corrección política y falsos valores éticos. Mientras tanto, los jerarcas de la religión caviar siguen teniendo la vida comprada.
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