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A los caviares, ni olvido ni perdón

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Fecha Publicación: 26/02/2024 - 22:00
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Un poco de memorex. El año 2000, cuando cae el gobierno de Fujimori luego de 10 años de gobierno y escándalos de corrupción protagonizados por su principal asesor, el inefable Montesinos, la gavilla caviar se hizo dueña y señora de lo que quedaba del sistema de justicia peruano.

Ya habían calculado los negocios, perdón, los “cambios” que harían ni bien pusieran sus manos encima.
Es así que, en la administración transitoria liderada por el Dr. Valentín Paniagua, la casta caviar se hace de ministerios como el de Justicia a cargo de Diego García Sayán, Promoción de la mujer y desarrollo humano a cargo de la eminentísima Susana Villarán, entre otros. Jose (sin acento) Ugaz, como miembro del club de la casta caviar, se nombra Procurador Anticorrupción. Conociéndose off the records el compadrazgo de Ugaz con Dieguito, el sistema judicial simplemente se allanó a sus nuevos jefes. Así, poniendo y sacando jueces y fiscales a su conveniencia, inicia sus acusaciones a diestra y siniestra. No quedó títere con cabeza. La estrategia era tomar por asalto la justicia y fue más o menos así:

1. Presión mediática. Notas periodísticas en La República, con periodistas radicales, los más odiadores, comisión económica de por medio a través de los organismos internacionales progres. Entrevistas diarias a Jose (sin acento), y al alucinado Dr. Azabache en Canal N y el Comercio, para que se despachen con las supuestas “pruebas contundentes” que tenían contra los acusados. Muchos, pero muuchos, periodistas sobones de Jose, que hasta el día de hoy no han hecho mea culpa. Gorriti en esa época tenía el control de canal 2.

2. Presión política. Ministros de Justicia (Dieguito, Susanita, etc.) apoyando la labor del todopoderoso Procurador Anticorrupción.

3. Presión judicial. Con toda esta aplanadora funcionando, ¿quien en el sistema de justicia se atrevería a contradecir las acusaciones y movidas de Ugaz y cía? Nadie.

Hoy miraba una entrevista del 29 de marzo del año pasado a Ugaz en RPP. Realmente hay que ser bien cara dura para declarar que hoy en día “a cualquiera se le puede acusar de organización criminal”, anota Jose (sin acento) y que todos estos excesos de la justicia se deben a que hay una, tome nota, “hiper inflación criminal”.

La casta caviar aún no ha respondido por el daño que le hizo al Perú al tomar por asalto el país, creyendo que sus orígenes pitu-progres les otorgaban una patente de corso que serviría incluso para defender a sus corruptos, como hoy es el caso de la pituca Susana Villarán.

No olvidemos a quienes, en lugar de sanar la gangrena judicial, mejoraron y superaron ampliamente, las técnicas montesinistas para beneficio propio.

A los caviares, ni olvido ni perdón.

P.D. Continuará.

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