Los culpables del desastre
¿Los peruanos seremos tontos; tan reverendamente tontos para permitir que estos inminentes comicios de octubre próximo (para que elijamos a 25 gobernadores, a innumerables consejeros regionales; además de casi dos mil alcaldes provinciales, distritales y a decenas de miles de concejales en toda la República -autoridades responsables de gestionar algo más del 60% del Presupuesto Nacional-) sean dirigidos por el mismo JNE que manejó la elección de abril 2021 (primera vuelta) y junio 2021 (repechaje), comicios que, según diversas fuentes cada vez más claras y numerosas, diera a luz al régimen comunista que preside Castillo vía un fraude electoral en mesa, coordinado entre el JNE y el partido Perú Libre? ¿Es posible que los peruanos hayamos perdido la cordura y que hoy nos interese un caracol que una sospechosa organización electorera vuelva a administrar unas elecciones cruciales para nuestra nación? ¿Es dable, acaso, que ello ocurra justamente cuando el Perú se debate entre permanecer dentro del sistema democrático; o en dar un salto al vacío para ingresar en el túnel oscuro del totalitarismo que impone el régimen marxista, comunista y bolchevique que nominalmente preside un neófito redomado, de apellido Castillo Terrones? ¿Es posible que esto esté sucediéndonos a los peruanos en el tercer milenio de la Humanidad, cuando la tecnología coloca delante de nuestros ojos y oídos las realidades que viven sociedades destruidas como la cubana, venezolana, nicaragüense o boliviana, sólo a mérito de haber caído en esa misma trampa a la que los peruanos estamos dirigiéndonos ahora sin razonar? ¡Peor todavía, sin luchar por nuestra libertad, por nuestro patrimonio y por nuestra patria!
No necesariamente hablamos de las capas populares, siempre frágiles y susceptibles al engaño del jerarca comunista de turno. Un chotano mentiroso y badulaque, acostumbrado a engañarlas abusivamente prometiéndoles el cielo, sabiendo que mediante engaños acabarán condenadas a la miseria del más perverso de los totalitarismos. El que impone su chusma resentida social que, mientras no se aclaren las denuncias que pesan sobre los integrantes de este lamentable JNE, todo indica que se ha apoderado ilegítimamente del poder. Repetimos, cuando nos referimos a que el Perú se dirige al pozo séptico del comunismo sin que su gente razone ni luche por lo suyo; sin que proteja su patrimonio; y obviamente, sin defender su libertad y los derechos universales de los que goza por imperio de la democracia y el Estado de Derecho; no responsabilizamos al pueblo estafado por el gobernante inescrupuloso.
Sindicamos, expresamente, a esa mal llamada clase alta peruana que procura acomodarse al “nuevo poder”. Gente descastada, habituada al facilismo y a la buena vida; la mayoría de las veces sobreviviendo de manera artificial del dinero ajeno; a quien nada le importa lo que pueda ocurrirle a su patria, con tal de continuar viviendo su utópica realidad. Estos y no otros serán los verdaderos culpables de lo que le suceda al Perú. Porque simplemente no han aportado un ápice a la batalla que libra un puñado de peruanos por evitar que su país se convierta en Venezuela o en Cuba.
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