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Los golpes de pecho de la CADE

Fecha Publicación: 30/11/2019 - 21:20
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La Conferencia CADE Ejecutivos-2019 se ha caracterizado por los arrepentimientos tardíos de representantes gremiales, después de la confesión de varios empresarios sobre sus aportes, de más o menos millones, a las campañas presidenciales en las últimas décadas.

Fuera de tiempo y de lugar estos arrepentimientos, por la sencilla razón de que los gremios empresariales, jamás ignoraron que las campañas políticas presidenciales fueran sustentadas financieramente por el sector privado; pero siempre lo callaron o, incluso, se prestaron para ayudar a crear fondos económicos en favor de determinada causa política.

Si lo hicieron, prácticamente toda la vida, es porque consideraron lícita su intervención en las campañas, ya sea para defender determinada estructura económica en el país; o porque se vieron en el compromiso de ayudar a los candidatos que les extendían la mano, ya que temían a posteriores represalias. Aunque fueron también engañados.

Cuentan que Juan Velasco Alvarado, presidente de una Junta Militar que gobernó el Perú bajo golpe de Estado, fue agasajado por hacendados piuranos con un almuerzo en la casa de su prima Maruja, después del cual, sintiéndose muy satisfecho y agradecido, ofreció un discurso donde prometió que no haría la Reforma Agraria en el Norte, por lo bien que trataban por esas tierras a los campesinos. Volvió a Lima y por supuesto que se olvidó de la promesa.

Por otra parte, desde el punto de vista legal, hasta hace poco no había ninguna prohibición a que las personas y empresas donen a las campañas; aunque sí la obligatoriedad de los partidos políticos de declarar a la autoridad electoral el origen de esos fondos. Pero la ONPE creyó a pie juntillas, en la palabra y documentos que les presentaron, sin proceder a una real fiscalización en su momento.

Si no cometían delito los donantes económicos a las campañas, podría pensarse que cometían una falta ética; podría ser, sólo si la donación obligaba al futuro Presidente o funcionario en el poder, a beneficiar a las personas o empresas que habían hecho los aportes. Asunto que, para los mal pensados podría ser obvio, pero no necesariamente real; en todo caso debía demostrarse que era así.

En la CADE 2019, no sólo los empresarios han hecho un mea culpa; sino que el Presidente del actual régimen que gobierna, Martín Vizcarra, ha dicho que “no podemos mercantilizar la política”, tal vez lo haría pensando desde su antigua posición en el equipo de campaña de Pedro Pablo Kuczynski; porque, según declaraciones de éstos mismos empresarios, también habrían aportado dinero para la misma.

Que los gremios empresariales peruanos ahora se sientan compungidos, no debe hacernos olvidar las barrabasadas cometidas por las empresas brasileñas que, habiendo “coimeado” a ex presidentes de la República y altos funcionarios, se encuentran en total libertad y justificando sus acciones.

Como tampoco puede colocar en segundo lugar de la atención pública que este régimen ha sacado 564 millones de soles de nuestros bolsillos para pagar a la empresa Odebrecht, con la finalidad de que cumpla con su deber de “colaborador eficaz”, cosa que, al parecer todavía no sucede.

Son muchos los funcionarios públicos denunciados y que están entre rejas cumpliendo “prisión preventiva”, pero ningún representante o dueño de las empresas brasileñas y sus aliados peruanos -recomendados por los líderes del Partido de los Trabajadores (PT) para invertir en el Perú- que hayan sido tocados con el pétalo de una rosa.
¿Luz de la calle y oscuridad de la casa?

(*) Profesora CENTRUM PUCP