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Los ilegales pa’ cuándo

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Fecha Publicación: 03/02/2020 - 21:30
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Resulta ser ya un problema de fuerza mayor, que las prácticas mal llamadas “informales” tomen vidas humanas sin recibir castigo ejemplar a cambio. El caso McDonald’s hace unas semanas, donde murieron dos trabajadores por falta de supervisión de instalaciones eléctricas, y el más reciente en Villa El Salvador, que cobró 22 vidas por la negligencia de una “empresa” de transporte de gas “informal”, que tenía la venia de gobierno local, MTC y Osinergmin para operar.

Resulta indignante, porque las autoridades brillan por su ausencia en nuestro día a día, pero aparecen en bloque cuando de registrar el desastre se trata. Si algo debió aprender ya el gobierno de turno es que la eficiencia de gestión no se mide por la velocidad con la que sus técnicos registran número de muertos y heridos, creyendo que prevención es haber comprado con anticipación ataúdes y seguros para cubrir gastos de sepelio y entierro.

Prevenir es evitar que sucedan desgracias. Supervisar hasta el más mínimo detalle la calidad de servicio y transporte que dan estas empresas, formales e informales, para que los mal llamados “accidentes” no vuelvan a encontrarnos con los pantalones abajo.
Otro grave problema es que algunos expertos en comunicación estratégica de gobierno confunden problemas de gestión con problemas de comunicación. Las estrategias de control de daños de la imagen gubernamental no devolverán la vida a esos 24 peruanos, que la perdieron porque burócratas irresponsables no hicieron su trabajo.

Tampoco basta en estos casos, como ilusamente creen esos genios de la imagen, que autoridades incompetentes salgan a expresar posturas histriónicas y profundicen en el detalle de los casos humanos y familiares afectados. ¡Basta de permitir esta falta de tino gubernamental!

Así como el gobierno impulsa una lucha radical contra la corrupción de funcionarios y empresarios en la esfera pública y privada, debería iniciar cuanto antes una lucha aún más radical para desterrar esa mentalidad del funcionario público que no muestra interés por exigir altos estándares en calidad de atención y supervisión de los servicios públicos, que todos los días ponen en peligro la vida de los peruanos.

Haría bien el gobierno y las autoridades competentes en hacer un mea culpa. No una que continúe lamentando nuestras pérdidas. Necesitamos un mea culpa que nos lleve a la acción, para que el mundo ilegal no siga su avance, como si los peruanos no tuviésemos el coraje y la valentía para enfrentarlos, en defensa de la vida de todos nuestros compatriotas.