Los malabares de Dina Boluarte

En unos días, la señora Dina Boluarte cumplirá dos años de haber asumido la presidencia de la República. Debemos reconocer que lo más destacable de su gobierno ha sido el malabarismo para lograr mantenerse en el poder con sólo el 3 % de aprobación a su gestión.
Boluarte se convirtió en la sucesora de Pedro Castillo gracias a su candidatura a la primera vicepresidencia por Perú Libre, del prófugo Vladimir Cerrón. Sus méritos: haber sido la tesorera de ese partido en la campaña del 2021 y ministra durante el desastroso gobierno del vacado expresidente.
La tranquilidad de Dina Boluarte se ha complicado desde que Cerrón pasó a la clandestinidad. Todos los días parece caminar sobre una cuerda, tratando de mantener el equilibrio para no caer desde las alturas, pretendiendo llegar a julio de 2026.
Vladimir Cerrón, además de maestro de ceremonias del circo en que han convertido a nuestro país, es el mago que, en su mejor acto, desapareció sin que “nadie” se diera cuenta y sólo aparece en sus redes sociales para burlarse de quienes exigen su captura o negar a quienes lo protegen y hacen la finta de buscarlo.
Nicanor Boluarte, hermano de la presidenta, también ha decidido ocultarse para evitar los 36 meses de prisión preventiva que el juez Concepción Carhuancho dictaminó en su contra. Victimizándose, huye de la justicia denunciando inconstitucionalidad, acoso y persecución.
Queda claro que las denuncias de la prensa y la fiscalía sobre sus waykis, hermano y sus joyas, le han pasado la factura a Dina Boluarte en las últimas evaluaciones. Los números reflejan la pobreza de su gobierno. En un reciente estudio de CPI, realizado durante y después de los días del APEC, sólo el 3.7 % de los encuestados cree que la situación económica del país ha mejorado en el presente año, comparado con el año anterior. Ni siquiera el protagonismo que ha tenido la señora presidenta en la reciente APEC, junto a los más importantes líderes del mundo, le ha ayudado a impulsar los niveles de aprobación a su gestión.
Este es el momento en que su gobierno debería renovar su gabinete para lograr un respiro. Lamentablemente, debe ser difícil encontrar funcionarios capaces y probos dispuestos a asumir como ministros de un gobierno desgastado y sin credibilidad. Los peruanos hemos sufrido las consecuencias con los mediocres ministros que nombraba Castillo, y ahora la “oposición” es permisiva con ministros que más parecen voceros y abogados defensores de Dina Boluarte.
Es “admirable” que, a pesar de estas cifras, ella perseverara en su intento de formar e inscribir su propio partido político. Quizá sería conveniente recordar la campaña ¡POSTULA CON LA TUYA! de la Contraloría, dirigida a los funcionarios que pretendieran hacerlo utilizando recursos del Estado.

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