¡Los muertos que vos matasteis, Castillo!
Los cuatro muertos que vos matasteis, presidente Pedro Castillo Terrones, ¿gozan de buena salud? Porque de otra forma sería extraño que la sumisa fiscal Zoraida Ávalos, no mida con una misma vara la responsabilidad que le aplicase a su homólogo Manuel Merino, a quien presurosa culpó de dos muertos asesinados por los caviares en una asonada promovida por la prensa encanallada -y el partido de los caviares moraditos- para defenestrar de la presidencia a Merino y sustituirlo por uno de los suyos, como es Francisco Sagasti. De no hacer lo propio con Castillo, fiscal Ávalos, quedará retratada su parcialización al poder y sus devaneos por servir al poderoso, mientras persigue en forma implacable a los opositores de este.
Aunque, justamente, para que quede atrás ese culto al poderoso, se supone que tenemos otra vez a Pedro Sánchez como Fiscal de la Nación, a quien sospechosamente sucediera usted. De manera que, sospechas aparte, el país espera que usted, fiscal Zoraida Ávalos, cumpla fielmente sus deberes y abra investigación inmediata al presidente Pedro Castillo, como corresponsable de la muerte no de dos ciudadanos, como Merino, sino de cuatro peruanos, fallecidos como consecuencia de la actuación de la Policía Nacional siguiendo órdenes del Presidente, como sentenció la corte Suprema imputándole a Fujimori el principio del “dominio del hecho“.
Cada día las pruebas de que Pedro Castillo está incapacitado para gobernar son más evidentes. Y más contundentes, amable lector. Ya no sólo se trata del libertinaje moral con el que quiebra tan descaradamente la majestad de la presidencia de la República. Tampoco de su imperdonable ofensa a 32 millones de peruanos designando a amigos, partidarios, recomendados, etc., absolutamente incompetentes, aparte de atrabiliarios y judicialmente condenados por falsificación, robo, maltrato a la mujer, hasta asesinato, para desempeñarse como ministros y/o altas autoridades de gobierno. Asimismo ya no hablamos de la ineptitud de Castillo y la gente infame que eligió para gobernar, en lo concerniente al caos socioeconómico al que ha conducido al país, tras recibir la posta de Sagasti con las arcas fiscales en rosado. Hoy estamos asistiendo a la pérdida más absoluta del control ciudadano a manos de una poblada que ha explotado en todas las regiones del país.
El Perú arde, presidente Castillo. Y usted se dedica a inaugurar mini obras construidas por sus predecesores, haciendo el ridículo y exhibiendo las estupideces que es capaz de hacer un afiebrado comunista en momentos en que la patria demanda ser atendida por especialistas en micro y macro economía; en sociología; en lógica, etc. ¡Materias que usted francamente desconoce! Porque lo único que domina usted es la violencia comunista/senderista con la que ha trabajado durante décadas. ¡Pero hoy, ya sentado en palacio de gobierno, es usted el blanco de la poblada! Rol que usted desconoce. ¡Y los paganos de su incompetencia serán 32 millones de peruanos! Si tuviera un ápice de dignidad, renuncie antes que aumente vertiginosamente el número de muertes y caigamos en el desastre absoluto. Contrario sensu usted será denunciado, procesado, condenado. ¡Pero, previamente, vacado!
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