¡Los muertos que vos matasteis, Vizcarra!

A propósito del tardío reconocimiento oficial de más de 180,760 víctimas del covid-19, desde el año pasado esta columna ya denunciaba la farsa instituida por Vizcarra para esconder las cifras de víctimas de la pandemia. Farsa reverberada por La República, El Comercio, RPP, los aduladores de Vizcarra, que desinformaban al país para seguir recibiendo esa viciosa publicidad pagada por usted, amable lector, que acabaría en los bolsillos de sus accionistas. En este contexto, resulta indispensable que el procurador del Estado denuncie por lesa humanidad a Vizcarra y a sus ministros Víctor Zamora, Pilar Mazzetti y Vicente Zeballos, como culpables de abandonar, adrede, a la sociedad peruana. Todos ellos sabían que la cifra real de contagiados y fallecidos era tres veces superior al dato oficial que ellos ordenaban publicar. Su objetivo era exhibir un falsario triunfalismo para afianzarse al poder. Y aquello precipitó mayores contagios y nuevas víctimas mortales. A Vizcarra ya lo investiga la Fiscalía de la Nación por corrupto, y el Congreso está a punto de vetar que ejerza cualquier cargo dentro del Estado durante diez años. Recordemos que este miserable fungió de mandatario en plena pandemia, abocándose a atizar el monumental malestar ciudadano mientras se presentaba como el salvador del ciudadano. ¡Cuando está probado que fue todo lo contrario! Es decir, abandonó a la sociedad para dedicarse a consolidar poder, emprendiéndola contra la oposición para distraer la atención y, de paso, crear mayor convulsión social de cara a las elecciones. Decidió utilizar esa indignación popular como base para favorecer a las candidaturas izquierdistas. Es más, Vizcarra era consciente de que tenía un as bajo la manga para los comicios: la indigna Junta Nacional de Justicia. Aborto que idease con su clan mafioso para, a través de ella, nombrar y cesar a los integrantes tanto del JNE, la Fiscalía y el poder Judicial. El propósito fue influenciar en las elecciones. Sin duda lo consiguíó. Tanto que quien hoy preside el Jurado es un comunista y aparte abogado de terroristas, protegido de la izquerda que empatiza con la agrupación Perú Libre afín a marxismo, senderismo, chavismo y castrismo. O sea, comulga con Pedro Castillo. Entonces este proceso electoral está diseñado para favorecer al extremismo y dañar al centroderecha. A ello dedicó su tiempo Vizcarra, mientras se burlaba de una sociedad mortalmente herida por el covid ignorando las demandas para que adquiera pruebas moleculares, camas UCI, respiradores, plantas de oxígeno, vacunas, etc.; y además mantener al día en sus pagos al sacrificado personal de la Sanidad Pública. ¡Nada de esto hizo Vizcarra! Más bien, subrepticiamente se vacunaría con su familia, perpetrando abuso de autoridad en perjuicio de muchísimos peruanos con derecho a ser vacunados antes que él. En simultáneo, Vizcarra decidió dejar desinformada a la sociedad, reduciendo la cifra de muertes a la tercera parte. Tanto que, abruptamente, esta semana el país conoció que, de un día para otro, la cifra de fallecidos por covid pasó de 60,000 a 180,000. Un verdadero crimen social, que la Justicia debe penalizar con la máxima reigurosidad.

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