Los partidos políticos y las ONG
En una sociedad estable los partidos políticos conviven con las ONG, prestándose mutua colaboración para el fortalecimiento de la democracia, ese debería ser el objetivo común. Es así como en Alemania, por ejemplo, la CDU (socialcristianos) tiene estrechos lazos con la Fundación Konrad Adenauer; el SPD (socialdemócratas) con la Fundación Friedrich Ebert; el FDP (liberales) con la Fundación Friedrich Naumann. Ellas garantizan que los dirigentes y los candidatos a cargos electivos estén convenientemente preparados, y también que los recursos humanos y materiales necesarios para la acción política estén disponibles.
Para llegar a ser dirigente nacional es necesario haber tenido una exitosa trayectoria en el ámbito local, es en el fragor de la lucha por el ascenso donde se va filtrando a los oportunistas, a los débiles y a los corruptos. El candidato a un cargo electivo suele ser un político probado, tanto en carácter como en conocimientos; normalmente sus fortalezas han sido desarrolladas en innumerables cursos de formación y claro, por la propia necesidad de sobrevivencia al interior de la organización.
Siendo estos partidos nacionales, tienen una poderosa estructura regional, obviamente fortalecida por la exclusividad en la presentación de candidatos; allí no es alentada la formación de movimientos independientes que en el Perú funcionan como simples plataformas electorales destinadas a satisfacer la ambición de ocasionales líderes locales, quienes desprovistos de formación y de controles partidarios, no tardan en corromperse dilapidando el presupuesto de su región o provincia.
Por ejemplo, Michael Kretschmer, primer ministro del länder de Sajonia, está controlado por el parlamento regional donde solo tiene la primera minoría y por la oposición al interior de su propio partido, pues su cargo tiene varios pretendientes, bastaría un error para ocasionar su caída; no se trata de que sea honesto o corrupto, es que el riesgo a perder toda su carrera política es más significativo que la posibilidad de obtener un dinero ilegal.
Por el contrario, en nuestro país varias ONG promovieron reformas para debilitar a los partidos políticos, logrando que sus naturales espacios de poder fuesen ocupados por esas organizaciones que, a diferencia de los partidos que están ahora atados de manos, pueden recibir financiamiento de cualquier “benefactor” y no rinden cuenta por la manera en que gastan el dinero obtenido por la Cooperación Internacional usando las necesidades del Perú.
Las ONG se han introducido en los procesos de decisión política del Estado, y sin embargo, no se someten al escrutinio electoral ni asumen responsabilidad alguna, generando para sus directivos un poder no democrático que debe ser controlado para evitar su excesiva influencia en sectores clave como Justicia, Educación, Cultura y Transporte.
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