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Los partidos, ya son 39 y ahora…

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Fecha Publicación: 08/12/2024 - 21:50
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Es característica de un sistema democrático garantizar el pluralismo ideológico, dentro de parámetros legales que preserven las buenas costumbres y destierren cualquier manifestación que promueva la violencia como instrumento para acceder al poder.
En este contexto, la dinámica política actual en el Perú, con miras a las próximas elecciones generales para renovar a los integrantes del Poder Ejecutivo y Legislativo, muestra un panorama peculiar. Según la normatividad vigente, respecto a la formalización de agrupaciones partidarias para ser reconocidas como organizaciones políticas, ya se encuentran debidamente inscritos 39 partidos en el registro del Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Además, más de 20 movimientos adicionales están trabajando para obtener su reconocimiento oficial, lo que podría llevarnos a un escenario en el que las próximas elecciones generales presenten medio centenar de candidatos a la presidencia de la república. Parece exagerado, pero es una realidad que no está lejos.
¿Cómo y por qué hemos llegado a este desconcertante panorama?
La explicación es sencilla. El alto grado de insatisfacción y desconfianza de la población respecto a nuestras autoridades en los dos órganos estatales más importantes —Ejecutivo y Legislativo— lo confirma. La corrupción, la mala gestión, la falta de asunción de responsabilidades políticas, y la priorización de intereses personales o partidarios por encima del bien común han llevado a que los partidos políticos con cierta trayectoria pierdan presencia e influencia en la vida nacional.
En el pasado, la población podía tolerar los engaños diciendo: “un engaño más no importa”. Hoy, en cambio, cada engaño sí importa. Esto ha generado que los ciudadanos pierdan fe en los partidos tradicionales y prefieran figuras emergentes que, motivadas por ansias de poder, crean nuevas organizaciones políticas. Estas, en muchos casos, carecen de estructura, visión y funcionamiento de un verdadero partido político, pudiendo llamarse “no partidarizadas”.
Un escenario de alianzas, pero sin propuestas concretas
En este ambiente de dispersión del voto, producto del alto número de organizaciones políticas, algunos líderes partidarios han comenzado conversaciones para formar alianzas de cara al próximo proceso electoral. Sin embargo, las discusiones no giran en torno a propuestas para resolver los problemas más graves del país, sino sobre temas como:
¿Quién encabezará la plancha presidencial?
¿Cómo se estructurarán las listas parlamentarias?
¿Cuál será el aporte de cada partido en la campaña?
Así, el interés individual y partidario sigue primando sobre el interés general.
Las reformas a la medida del interés político
Este panorama se agrava cuando las reformas legales son propuestas para acomodarse a intereses particulares. Un ejemplo claro es la norma que exige, al formar una alianza, sumar un 1 % adicional a la valla electoral por cada partido integrante. Ante el temor de no alcanzar esta valla y perder su inscripción, algunos proponen que, independientemente del número de partidos en una alianza, solo se añada un 1 % adicional.
La realidad que enfrentamos
No debería sorprendernos que las normas electorales sigan siendo modificadas para facilitar el acceso de algunos al poder.
Es una pena, pero esa es nuestra realidad.

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