¿Los peruanos están dispuestos a suicidarse?
Las predicciones globales de los principales organismos multilaterales son, por decir lo menos, preocupantes. Apelando a la prudencia, aunque sin escatimar la verdad, tanto el FMI como el Banco Mundial encendieron sus luces amarillas ante una probable recesión derivada de la inflación que viene expandiéndose a nivel universal. Frente a cualquiera síntoma inflacionario, la reacción inmediata de los bancos centrales es elevar sus tasas de interés. Las correcciones más alarmantes son, sin duda, aquellas que adopte la FED desde Washington. Porque a partir de lo que haga o diga este organismo -vertebral para cualquier toma de decisiones a nivel de las finanzas del planeta- los agentes económicos de cada país adoptan medidas que, generalmente, acaban afectando el bolsillo de los consumidores (la corrosiva inflación). Lo que, a su turno, generará una retracción en el volumen de ventas de la producción y, consecuentemente, esta contracción del mercado desembocará en la nunca bienvenida recesión. Las naciones gobernadas por gente pensante, sensata y consciente de las graves implicancias que causaría una recesión global, han venido adoptando medidas, tanto a nivel monetario como productivo y, desde luego, fiscal (tributario). Sin embargo, el gobierno peruano se ha preocupado, exclusivamente, por adoptar medidas para autoprotegerse. Concretamente, para defender al presunto jefe de una organización criminal montada para asaltar al Estado, identificado por la Fiscalía como Pedro Castillo Terrones. En síntesis, en caso de producirse la indeseada recesión a nivel internacional –incluso con posibilidades de alcanzar rangos de estanflación- el Perú sufriría una catástrofe económico-financiera de carácter impredecible.
Sabiendo que nos gobierna un sujeto acusado de corrupto y comprobadamente incapaz para gestionar nuestra nación, ¿practicaremos el suicidio colectivo, con tal de mantener empernado en la presidencia a Pedrito Castillo? Porque ocurre que un puñado de legisladores tránsfugas, corrompidos por la mano negra de un régimen bolchevique decidido a fijar al Perú en la órbita cubana, ya decidió que Castillo no sea vacado hasta que la “justicia” decida si es o no culpable de los flagrantes delitos por los cuales le acusa el Ministerio Público. Pregunta. ¿Estaría usted dispuesto a esperar diez años para librarse de Castillo, hasta que concluyan la primera y segunda instancia, la corte Suprema y luego el TC?
Apostilla. El presidente del Congreso, José Williams Zapata, debe poner orden en ciertas comisiones. Por ejemplo, la de Acusaciones Constitucionales, cuya presidencia últimamente ha asumido Lady Camones, fugaz ex presidenta del Legislativo e integrante del partido del ultra veleta César Acuña. EXPRESO ha informado que esa comisión ha decidido priorizar el debate de la acusación por violación que pesa sobre el congresista Freddy Díaz postergando, nuevamente, tanto la deliberación del informe final que imputa a Castillo como presunto jefe de una organización criminal; como el informe final que acusa a Dina Boluarte por transgredir los Arts. 38 y 126 de la Constitución, negociación incompatible, aprovechamiento del cargo, demora en actos funcionales, etc., y cuya admisión a debate la aprobó por amplia mayoría esta misma comisión en junio pasado (nueve votos a favor, tres en contra y una abstención).
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