¿Los peruanos leemos libros digitales?

A pesar de que los libros físicos siguen dominando el mercado editorial en el mundo, el crecimiento del mercado de libros electrónicos en plataformas como Amazon, ha sido exponencial.

En una encuesta online realizada entre el 2022 y 2023 por la empresa Statista (Alemania) a 10,000 personas entre 18 y 64 años de ocho países, se reveló que un porcentaje importante de la población prefería los libros digitales. En España, el 36% prefería lo digital frente al 52% que prefería leer en papel; México 40% digital, 44% en papel; Argentina 31% en digital, 39% en papel; y cifras similares con el libro físico por delante en los demás países, salvo en China, donde preferían el libro digital antes que el de papel: 55% frente a 33%.

Sin embargo, las empresas editoriales peruanas aún no logran encontrar rentables las publicaciones digitales, sin significar esto que no las realicen, pues se pueden encontrar distintas publicaciones peruanas con sello editorial en las tiendas digitales; aún así, su venta es tan mínima que son como un extra, un apéndice de la publicación “real”.
Existe la idea de que, el lector peruano prefiere el papel sobre cualquier otro formato, idea junto a la cual se expresan las bondades del libro como objeto y por lo tanto como coleccionable; bajo esta lógica, en las últimas Ferias Internacionales del Libro de Lima, los autores venden sus propios libros, para así fomentar las compras a partir de entregar el texto con sus firmas.

Pero no creo que esta idea sea la más precisa, pues no hay amigo lector que conozca que no haya leído alguna vez en formato PDF; es más, muchos buenos amigos lectores y escritores de distintas edades tienen grandes bibliotecas de libros digitales en diversos formatos, a los cuales han accedido de forma gratuita, por lo menos mayoritariamente.
Entonces no es que los peruanos que leemos no recurramos al formato digital, es que los peruanos parecemos (en gran medida) solo dispuestos a pagar por algo que sea tangible; además, existe gran cantidad de contenidos digitales gratuitos a los cuales acceder, incluso obras maestras de la literatura y el pensamiento, libres de derechos por el paso del tiempo.

Pero esta reticencia a comercializar lo digital es tan solo generacional. El desarrollo económico de la Era Digital, que ya se nota con las suscripciones a plataformas de streaming y radio, parece que tenderá a fortalecerse y cada vez estaremos más dispuestos a pagar por contenidos que no son físicamente nuestros, lo que replanteará el escenario para las empresas editoriales peruanas, y las obligará a competir bajo las lógicas de un nuevo formato, con sus particularidades, limitaciones y posibilidades.

Poco a poco debería ir subiendo la demanda de libros digitales, y lo ha venido haciendo en lectores de todas las edades, por lo menos para plataformas especializadas, como lo son el Kindle o el Kobo, libros electrónicos de tinta, especies de tablets que solo sirven para leer, que ya se venden con normalidad en tiendas de tecnología, y a través de los cuales ya se vienen realizando algunas compras de libros digitales, principalmente de contenido extranjero, pero donde también se puede cargar el contenido de libre acceso que se consigue en el internet.

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