Los Qaylacos

En estos días, la ciudad de las treinta y tres iglesias se viste de colores y el jolgorio será el común denominador en todas las actividades. Domingo, lunes y martes, las diferentes comparsas nos deleitarán con un espectacular desfile por las calles de Huamanga con lo mejor de su repertorio de música y danza, y con su colorido y elegante vestuario. Lugareños y visitantes nos confundiremos para celebrar la algarabía de los carnavales.

Lo fuera de serie, lo inimaginable e inesperado llega el miércoles de ceniza. Ese día la juventud ayacuchana hace que la quema del Ño Carnavalón pase a segundo plano. Los Qaylacos harán su ingreso a la Plaza Mayor alborotando a quienes ahí esperan, haciendo gala de todas las licencias que el fin del carnaval otorga. Buena música, buenas melodías, pero sobre todo pícaras coplas los acompañarán en todo su recorrido. Es pues la ironía hecha canción, rimas punzantes de las que nadie se salva y una envidiable coreografía que se pone en escena.

Ni qué decir de sus espectaculares atuendos que son una cachetada contra toda expresión de hipocresía y puritanismo. Veremos a los jóvenes lucir sus delicadas y escasas prendas que invitan a imaginar el cielo y el infierno y a las señoritas las veremos exageradamente vestidas como caballeros, de esos que no existen en la ciudad o como trabajadores que llevan bien puesta la camiseta de las organizaciones que los emplean a pesar de que son totalmente desconsideradas con ellos. Estos bravos y alegres muchachos son rebeldes por naturaleza, no son terrucos, tampoco “petucos”, son buenos muchachos, que ponen un tremendo grano de arena para incentivar el turismo en Ayacucho.
Los Qaylacos se iniciaron con la inmensidad de sus manifestaciones hace ya algunos años y cada vez su protagonismo en las fiestas de carnaval es mayor. En sus inicios, muchos de ellos eran los excluidos de las comparsas, pero al final, dándonos una lección de que se puede obrar unitariamente a pesar de todo, lograron lo imposible. Ahora son un referente muy esperado para el cierre de los carnavales de Ayacucho.

Después del desenfreno en los días de carnaval Los Qaylacos, como buenos muchachos que son irán, a partir del jueves, a confesarse con el tayta cura para seguir sudando la gota gorda y sacar adelante a sus familias, al pueblo y al país e ir en pos de sus sueños.

Así pintan las cosas en mi Ayacucho llacta. Que esto no se acabe y que Los Qaylacos sigan regalándonos siempre momentos memorables e inimaginables.

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