Los secretos nos pueden enfermar
Existen secretos y secretos, unos que nacen de la propia experiencia y otros, son comunicados por terceras personas, bajo las reglas de la confidencialidad. En este trazado, vamos a ocuparnos de algunos secretos que perturban al ser humano y no les permite vivir en paz y armonía.
En este primer caso, se trata de una mujer que fue agredida sexualmente por varios sujetos y nunca le contó a nadie su experiencia traumática, que la guardo para siempre, causándole graves alteraciones en su salud física, psicológica y espiritual. Al punto, que le era imposible mantener relaciones de pareja, porque eran infructuosas, por el rechazo que sentía al sexo opuesto, se convirtió en una mujer frígida, que se sentía culpable por lo que había sucedido, no siendo su responsabilidad por tratarse de circunstancias fortuitas. En cada relación percibía el rostro de los agresores, incurriendo en episodios depresivos, no teniendo deseos de descansar, alimentarse, conversar con sus seres queridos, decidiendo la familia internarla en un nosocomio psiquiátrico, siendo su mejora paulatina, lenta con pronóstico reservado, debido a los reiterados ingresos que tuvo por la crisis que aparecía en diferentes escenarios del desarrollo de su vida; y poco a poco se fue deteriorando, apagándose como una vela encendida, habiendo perdido toda esperanza de vivir, hasta que llegó el momento final de su existencia, el “suicidio”. Sus vivencias no gratificantes, rebasaron el control y manejo de su vida interior, desencadenando, no poder vivir en esta vida terrena. La ciencia hizo su parte, pero existen casos inmanejables, que han producido tanto daño, en la esfera psicológica y emocional, que están al borde de un hilo y las fuerzas humanas caen al abismo sin retorno ni esperanza.
El segundo caso, se refiere a un niño, que presencio la muerte de sus padres, en un asalto y robo en su domicilio para ocultar el robo. Ingresan a su domicilio dos delincuentes con armas de fuego y se dirigen al dormitorio donde se encontraban sus padres, sustrayendo las cosas y al despertarse las víctimas, los delincuentes no huyen sino deciden dar muerte a los padres, no percatándose que el hijo había observado lo sucedido, habiéndose quedado grabado los rostros de los malhechores, no pudiendo decir nada por temor a que le suceda algo, pasaron algunos años y en la mente de este menor, que ya era adolescente, los reconoció y con el apoyo de la autoridad policial los identificó, siendo intervenidos y puestos a disposición de la autoridad competente para la sanción de ley.
Este joven adolescente guardó mucho tiempo este incidente en su fuero interno, hasta que decidió no guardar silencio y revelar este secreto que lo venía atormentando muchos años y se sintió liberado, se sujetó a un programa de estrés post traumático por haber sido víctima del asesinato de sus padres, encontrándose actualmente en tratamiento, trabajando dos aspectos, la muerte de sus padres por la forma y circunstancias que sucedieron y el trabajo emocional del menor por tratarse de un hecho impredecible y saber llevar la resignación después de lo acontecido.
“Los secretos que perturban a los seres humanos hay que hablarlos para encontrar solución y cuidar la mente humana en aras de la supervivencia”.
